Tiene prohibido salir del país y debe presentarse todos los meses ante la Justicia. Está imputado por encubrimiento. Expectativa por el testimonio de testigos del barrio Garupá.Luego de permanecer tras las rejas casi un mes, finalmente recuperó la libertad en las últimas horas el suboficial de la Policía provincial acusado de colaborar con la fuga de Franco Emanuel Sotelo (24), el joven acusado por la violación de una niña en Pozo Azul que pereció bajo las ruedas de camión en Garupá, días después, cuando escapaba de los uniformados.
Así lo pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN mediante sus fuentes, quienes indicaron que el efectivo, de 48 años, recibió una excarcelación que incluyó, además, una caución real de 50 mil pesos. Tras cumplimentar con ese monto, volvió a la calle, aunque seguirá imputado por el delito de encubrimiento.
No obstante aquello, el magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas y al frente de la pesquisa, también ordenó una serie de restricciones: el policía deberá presentarse todos los meses ante los estrados judiciales para certificar su voluntad de ajustarse al proceso penal y, además, tiene prohibido abandonar el país.
El uniformado fue liberado en razón de que permanece imputado por un delito que contempla la excarcelación. Resta ahora por conocer cuál será su situación puertas adentro de la fuerza de seguridad, donde responde ante un sumario interno en su contra.
El suboficial, quien prestaba servicios en la comisaría seccional Primera, a la hora de ser indagado reconoció que efectivamente envío un mensaje de texto a una familiar de Sotelo informándole sobre la inminente presencia de los investigadores en el barrio Los Kiris, donde el joven se encontraba junto a su pareja en la tarde del domingo 15 de abril. Cuando los detectives rodearon el lugar, el acusado de abuso ya había escapado.
A la confesión del efectivo se le sumaron luego las voces de la pareja y de una hermana de Sotelo, quienes ratificaron que el policía avisó al prófugo que lo buscaban.
Desenlace fatal
El caso se inició el sábado 14 de abril, minutos después de las 10, cuando un joven a bordo de un Volkswagen Gol blanco de dos puertas interceptó a las dos menores -hermanas entre sí- de 6 y 11 años, cuando caminaban por la ruta provincial 20, a metros de la intersección con la ruta provincial 17, en Pozo Azul.
Según el relato de las víctimas, el acusado golpeó con un fierro en la cabeza a ambas. Entonces secuestró a la menor, quien fue hallada varios minutos después en un campo cercano a Santiago de Liniers.
La pequeña estaba desnuda y, entre llantos, contó que el conductor de ese Gol tenía varios tatuajes distintivos y que la violó para luego abandonarla. El estado de la víctima era desesperante y así llegó a Posadas, donde milagrosamente logró recuperarse y fue dada de alta.
Al decir de la investigación, el autor del hecho resultó ser Sotelo, quien poseía un innumerable legajo judicial por hechos en contra de la propiedad. Se inició entonces la búsqueda de ese sospechoso, que arrojó los primeros resultados en la tarde del domingo 15 de abril en el barrio Los Kiris de Posadas, cerca de avenida Ituzaingó y Zapiola, de donde huyó con la aparente ayuda del suboficial excarcelado.
A la caza del sospechoso, unos 350 policías rodearon una zona de espesa vegetación emplazada cerca del expuente de la ruta nacional 12 sobre el arroyo Garupá, en la localidad homónima. Vecinos aseguraron que desde allí había intentado sin éxito cruzar hacia el Paraguay.
El desenlace tuvo lugar el martes 17 de abril a las 16.45, cuando Sotelo fue descubierto y perseguido por policías del GOE. Saltó el cerco que divide la autovía de la ruta nacional 12 pero, en el carril de egreso de la ciudad, pereció bajo las ruedas de un camión.
Ahora se busca saber qué fue lo que sucedió allí. Sucede que una primera autopsia no dio cuenta de un balazo calibre 22 milímetros que se encontraba en el cuerpo, confirmada por la segunda necropsia ordenada por Cardozo.
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