Se sabía desde hace tiempo -y se anunció oportunamente- que el aeropuerto de esta ciudad permanecerá cerrado por un período de 30 días, desde el 15 de abril al 15 de mayo próximos, pero nadie encontró la fórmula para evitar los graves trastornos que dicha medida provocará a los usuarios.
En los últimos días se está trabajando contrarreloj para ver de qué manera se va a organizar la operatoria durante el tiempo que demandarán las refacciones en la terminal aérea misionera.
Distintas alternativas se habían barajado en primera instancia, como por ejemplo utilizar el aeropuerto de Posadas y, desde allí, transportar a los turistas por tierra hasta Puerto Iguazú. Pero esta idea fue descartada por el tiempo y el incremento de costos que implicaría recorrer los 300 kilómetros que separan a ambas ciudades.
Por su cuenta y sin preferencia
Una vez definido que los vuelos se trasladarán inevitablemente a Foz de Iguazú (Brasil), la primera decisión complicada que se tomó es que, como los vehículos con patente argentina no pueden trasladar pasajeros desde el aeropuerto brasileño, los traslados desde Foz a Puerto Iguazú quedarán pura y exclusivamente a cargo de los pasajeros.
Las compañías que van a operar en el aeropuerto de Foz son Aerolíneas Argentinas y Latam, que ya anunciaron que ofrecerán únicamente servicios de vuelos y que no pondrán a disposición de sus pasajeros transporte hasta Iguazú. En el caso de Aerolíneas Argentinas, la empresa está ofreciendo a sus pasajeros la posibilidad de cambiar la fecha de su vuelo sin costo adicional.
Además, los vuelos que lleguen a Foz dejarán de ser de cabotaje y pasarán a ser internacionales, con lo cual los pasajeros tendrán que hacer trámites migratorios. Ya se anunció que los pasajeros nacionales tendrán que hacer los mismos trámites migratorios que cualquier otro extranjero y sin ningún tipo de trato preferencial, es decir, que tendrán que someterse a las demoras en el puente internacional Tancredo Neves.
Esto no cayó bien en el empresariado turístico iguazuense, que se reunió recientemente con el ministro de Turismo provincial, José María Arrúa, con la intención de que la situación sea lo menos traumática posible para los pasajeros y que se los pueda atender de la mejor manera.
El desafío ahora se presenta con los pasajeros que vienen con servicios contratados con una agencia de turismo, ya que, por el momento, no se autorizó que éstas puedan realizar los traslados de sus pasajeros.
Otros problemas, no menores, son qué va a pasar con los que lleguen sin servicio contratado, que habitualmente se manejan en taxi, y qué va a pasar ese mes con la fuente laboral de los taxistas que trabajan en el aeropuerto de Puerto Iguazú.
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