Pese a las indicaciones de Salud Pública, la gente se atiborra en los centros de vacunación. Ni la provincia ni Paraguay están en epidemia y solo se deben inocular quienes viajen al Norte de Brasil.Cierto es que los estados del Norte de Brasil se encuentran inmersos en una epidemia de fiebre amarilla que ya ha causado una treintena de muertos y que, eventualmente, la situación podría alcanzar a Misiones. Pero, hasta el momento, no hay nada que indique que sea así y, por ende, desde los organismos oficiales solo se trabaja en prevención debido a que son muchos los misioneros que eligen las playas brasileras del Norte para sus vacaciones: para ellos sí la indicación es la vacuna.
Pero ante el miedo a la fiebre amarilla la mayoría de los misioneros acude en masa a los centros de vacunación pero para cruzar a Encarnación o irse de vacaciones a los estados del Sur de Brasil, ninguno de los cuales registró casos de la enfermedad, mucho menos se declaró en epidemia.
Desde el Ministerio de Salud Pública vamos informando a la población a quiénes hay que vacunar en particular, indicó el ministro, Walter Villalba. Detalló que si la persona está vacunada no necesita volver a vacunarse y si son misioneros tendrían que tener la vacuna porque el 90% de la población la tiene. A los padres de niños les pedimos que se fijen en la certificación de vacunas de ellos y aquellos que recuerden haber sido vacunados pero que no tienen su certificado pueden pasar por alguna institución de Salud Pública que se les renovará la certificación.
A principios de enero, tal como publicó PRIMERA EDICIÓN en su momento, las agencias de viaje empezaron a decirle a la gente que contrataba paquetes que era necesario el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla para viajar al Norte de Brasil. En ese momento no hubo comunicado oficial por parte del Ministerio de Salud brasileño, pero la gente que viajaba comenzó a vacunarse.
Luego fue el Ministerio de Salud de Paraguay el que anunció a Migraciones de dicho país que debía exigir el carnet de vacunación a aquellos viajeros que ingresen al país luego de haber estado en el Norte brasileño.
Aquí comenzó a gestarse la confusión: los misioneros comenzaron a vacunarse para pasar a Encarnación. Pero ni Paraguay ni Misiones tienen, hasta el momento, casos de fiebre amarilla.
Es una situación compleja la de Brasil, dijo el ministro en relación a los casos de la enfermedad en el vecino país. Reconoció que estamos preocupados y señaló que la fiebre amarilla es una enfermedad que no tiene tratamiento por lo tanto la prevención es fundamental y la mejor manera de prevenir es la vacuna. Por eso es que Misiones tiene una situación de vanguardia respecto a otras provincias que no tienen como obligatorio, en el calendario provincial, la vacuna de fiebre amarilla.
Sucede que en Misiones hubo dos años en que la gente se vacunó masivamente contra la enfermedad: 2001 y 2011. Además, desde 2010, la vacuna se hizo obligatoria para los niños al año de edad por lo que las distintas cohortes que han ido naciendo ya están vacunadas y vale agregar que en un primer momento se informó que se debía repetir la vacuna cada 10 años para reforzar la dosis pero luego se comprobó que una sola vacuna ya es suficiente para toda la vida.
La situación en los vacunatorios
El martes fue día de vacunación contra la fiebre amarilla en el hospital Madariaga. Una cola de veinte personas esperaba pacientemente su turno. Hay mucha gente que viene a vacunarse pero pasa que está mal informada, señaló la enfermera de turno, Alicia Romero, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Vacuna contra la fiebre amarilla tenemos todo el año, la gente tiene tiempo de vacunarse porque no estamos en epidemia, tampoco Paraguay, pero es el miedo de la gente, consideró.
Igual se vacuna a todo aquel que asiste y se le da el carnet al que asegura que se vacunó y al que no recuerda lo vacunamos para prevenir, dijo Romero. Este martes por la mañana ya había pasado para vacunarse un total de 100 personas en apenas dos horas.
Estoy pidiendo dosis pero como no es una epidemia, como es una vacunación normal, no podemos pedir muchas. Igual siempre se refuerza así que no tenemos problema. Podemos dar respuesta a la demanda, indicó la enfermera que llegó a vacunar a 200 personas en un solo día.
En el pasillo esperaba Cristina con sus hijos Diego, de 14 años, y Nahuel de 15. Los chicos están vacunados pero ella no se acordaba si había recibido la vacuna o no. En un par de días se van de vacaciones a Meia Praia y si bien saben que no es zona de epidemia fueron a vacunarse por las dudas.
Mariana fue con su nena Luana, de cuatro años. La niña no estaba vacunada ni tampoco su marido Daniel, así que esperaban en la cola. A ella sí la vacunaron cuando era chica pero iba a preguntar si era necesario otro refuerzo.
Dori Ayala es enfermera y se vacunó hace un par de años en una de esas vacunaciones masivas pero perdió su certificado por lo que venía a que le hagan uno nuevo. Su marido, Neiro Mereles nunca se vacunó contra la fiebre amarilla por lo que esperaba su turno. Ambos, dentro de diez días, se van de viaje a Meia Praia y más vale prevenir.
En el CAPS 11 fue día de vacunación este lunes. Hasta allí llegaron Rosana Dos Santos y su marido Jorge Acosta. Rosana no recordaba si se vacunó o no y Jorge estaba seguro de que no recibió la vacuna. En unos días viajarán a Camboriú por lo que querían el carnet para cruzar la frontera.
Javier Biele y María Henker fueron a vacunar a sus dos niños de dos y siete años. Javier se vacunó en el 2001 al igual que María pero en unos días viajarán a Santa Rosa, Brasil, otra localidad que no está en epidemia pero por las dudas, queremos los certificados, dijo María a este Diario.
Viene alta la demanda, señaló la enfermera de turno del CAPS 11, Raquel Sánchez, a PRIMERA EDICIÓN. Allí se vacuna todos los lunes de 6 a 18 horas de corrido y este lunes, en tres horas, ya se habían vacunado treinta personas y varias esperaban afuera por su dosis de antiamarílica. El día de mayor demanda se vacunó a 90 personas.
Hasta ahora pudimos cumplir con todas las vacunas. Los pacientes están esperando desde temprano y se vacuna a todo el mundo, indicó Sánchez y agregó que no hay faltante de vacunas. Si veo que está faltando le mando un mensaje a mi jefa, le aviso y llegan más. Cada frasco tiene diez dosis, se aplica, se termina y se abre otro hasta que termine el último paciente.
En el CIC 200 Viviendas de Apóstoles también fue día de vacunación el último lunes. Si bien la jornada estuvo tranquila, durante enero fue movido, hubo mucha gente que vino a vacunarse por un viaje y también para cruzar al Paraguay, dijo a PRIMERA EDICIÓN la agente sanitaria, encargada del centro de vacunación, Erica Paiva.
Dicen que si no se tiene la vacuna no se puede cruzar pero en realidad es solo para la gente que va a Brasil, a la zona de San Pablo. Es masiva la concurrencia pero porque todos están asustados porque piensan que para viajar a cualquier parte del extranjero tienen que tener la vacuna sí o sí, remarcó Paiva.
Discussion about this post