Ramón Olivera, más conocido como “Yago”, quedó cautivado con paisaje andino en unas vacaciones y decidió quedarse a trabajar allí hace 14 años.
El misionero de 37 años que desde hace 14 se afincó en Mendoza protagoniza un amplio reportaje en el diario UNO de esa provincia, donde cuenta su experiencia desde que en unas vacaciones se enamoró del Aconcagua y se quedó: “Me cautivó el paisaje y la experiencia del montañismo”, justificó.
“Yago”, nombre por el que se le conoce a Ramón Olivera, explicó que “estudié para guardaparques en San Pedro, trabajé en Misiones en áreas protegidas privadas y después vine de paseo a Mendoza. Me encantó, me ofrecieron trabajo, dije que sí y empecé a trabajar desde septiembre de 2003”.
Durante la temporada cuida el puesto de Plaza de Mulas, a 4.300 metros de altura. El resto del año sigue como guardaparques, a veces en el Parque Aconcagua, pero también en otros lugares de la provincia: “Me tocó Ñacuñán, en Santa Rosa, también estuve en las áreas protegidas de Malargüe. Es una muy buena experiencia conocer otro tipo de actividades, otra función como guardaparques y conocer más a mis compañeros, que son 120 personas en Mendoza”.
“El último andinista que falleció me toco vivirlo a mí y otros compañeros que son nuevos y no están acostumbrados a estas experiencias. Es una situación traumática”, lamentó Yago, pero dijo que “en lo que va de la temporada salvamos muchas vidas; los más complicados son en altura y se encarga la Patrulla de Rescate, nosotros damos la asistencia y el servicio médico”.
Yago aseguró que nunca vivió una situación en la que sintiera miedo, pero si mucho respeto: “Viví varias situaciones que me hicieron replantear la función de guardaparques y más que nada en este parque, como la muerte de amigos, compañeros y de gente cercana acá en el Aconcagua haciendo la actividad de andinismo”.
Además hay otras situaciones, como algunas condiciones que deben padecer en alta montaña: “No siempre tomamos agua potable, y el desgaste físico lo siento en la edad que tengo. Hay cosas que me pasan factura”.
Anécdotas
Más allá de lo duro y difícil de la vida en la montaña, hay otras situaciones divertidas que salen de lo normal y rutinario. “Una vez me encontré con un asiático que andaba primero con unos lentes muy estrafalarios, pero después lo vi con una máscara de Darth Vader (personaje de Star Wars) que además emitía sonidos como el personaje y el andinista andaba por el campamento así, e hizo cumbre con esa máscara y también con los lentes”.
“Después, vi llegar gente sin mucha experiencia, con alpargatas o zapatillas que no eran para esta actividad y había que decirles que así no podían, más que nada para que no sufran accidentes, ya que estamos en senderos de rocas”, concluyó.
Fuente: diario UNO (Mendoza)
Discussion about this post