Tenía 47 años y falleció tras ser ultrajada con la rama de un árbol. Un año después, el dolor aún agobia a su familia, que convocó a una marcha este domingo.Un año después del crimen de Irma Ferreyra Da Rocha, el túnel del barrio Villa Bonita de Posadas se convirtió en un altar donde aún quedan flores, velas y fotos rindiéndole homenaje a la mujer de 47 años, lastimada hasta la muerte durante la madrugada del sábado 17 de diciembre de 2017.
También en su memoria, familiares y amigos convocaron para este domingo por la tarde (si el tiempo lo permite) una marcha de silencio y velas desde la casa que la mujer supo levantar con enorme sacrificio hasta el túnel bajo la ruta nacional 12 donde se produjo el ataque.
No olvido los ojos de mi hermana pidiendo alivio ante tanto dolor, aseguró a PRIMERA EDICIÓN Mabel Ferreyra Da Rocha, al recordar a la mujer que agonizó 36 horas en una cama del servicio de terapia intensiva del hospital Ramón Madariaga, debido a las heridas irreparables que sufrió al ser ultrajada sexualmente con la rama de un árbol.
Mabel asegura que no puede borrar de su mente la imagen de las manos de su hermana. Estaban destruidas, sangraban. Se quedó sin uñas al intentar defenderse del asesino que la atacaba, recuerda, con el dolor a flor de piel.
Lo que también perdura es el recuerdo de un rostro masacrado, de horror, sensación plena de desesperación pocas veces vista. Irma era una persona sana y perfecta; cuando la encontré en el hospital tenía la mirada pérdida y la mandíbula rota. No se puede explicar tanto padecimiento.
El dolor para la familia Ferreyra Da Rocha sigue intacto y, a pesar que transcurren los días, el sentimiento parece profundizarse. Es horrible mirar hacia su casa, buscarla y no verla, darte cuenta que no está más. A ella le quitaron la vida, la destruyeron y la tiraron en un baldío. Nuestra vida cambió y no volverá a ser lo mismo. El dolor lo llevamos en el corazón, no se puede describir y sólo lo puede comprender alguien a quien le arrebataron de esta manera un ser amado. Me acuerdo y pienso en los ojos de mi hermana la última vez que nos vimos, no logró frenar su padecimiento, recordó Mabel.
El día que Irma no llegó a casa
La familia Ferreyra Da Rocha contó que Irma trabajaba como empleada doméstica en dos casas y se desvivía para llegar a fin de mes.
Recién el viernes 16 de diciembre de 2016 por la noche decidió salir y despejarse. Aceptó la invitación de unas amigas a celebrar la despedida del año en una fiesta en el paseo de compras La Saladita de Garupá, sobre la colectora sur de la ruta nacional 12. Nunca más regresó a su hogar.
Al día siguiente, a las 9, su familia comenzó a buscarla pero nadie tenía noticias. Finalmente, a las 11, dos policías llegaron a la casa de Mabel y me preguntaron si era mi hermana porque tenían que darme una noticia para nada buena. Me dijeron que la encontraron a la madrugada, tirada en el túnel, cerca de la exGarita. Yo no sabía cómo reaccionar, tomé mis cosas y fui corriendo al Madariaga.
Allí la vieron completamente destruida; la dañó de una forma que no se puede explicar. Fue como si una bestia saliera a la calle y eligiera quién vive y quién no, sentenció Mabel.
Nunca voy a olvidar cómo la dejó lastimada. No se lo deseo a nadie, ni siquiera al mismo autor. Fue tal la aberración, tan horrible, que a veces me quiero ir de acá porque recuerdo y revivo todo lo ocurrido, es insoportable, confiesa entre lágrimas Mabel.
¿Por qué tanta crueldad?
Acorralada por los recuerdos, la angustia y el dolor, la mujer aguarda ahora por el juicio oral y público contra Porteño, el albañil de 29 años domiciliado en el barrio Viejo de Garupá y acusado por el crimen de Irma.
La entrevistada asegura que quiere tenerlo en frente y preguntarle por qué tanta crueldad. ¿Acaso no pensó en su madre, en su hermana, en su hija? ¿Por qué le hizo eso a mi hermana?, se pregunta una y otra vez.
Al respecto, son pocos los interrogantes de Mabel alrededor del presunto victimario de Irma. ¿Será triste su vida encerrado? ¿En qué pensará?, ¿Qué pasará con él?, también interroga. Sin embargo, no encuentra una explicación. Y pese a aquello, admite que junto a su familia sólo esperan una cosa: una condena a prisión perpetua. Es que para ella y su entorno, no es posible perdonarlo. Irma agonizó 36 horas, mi hermana luchó por escapar de sus garras, se rompió todos los dedos intentándolo. Eso no lo puedo perdonar, confiesa.
El morbo y sus responsables
Junto con la investigación del caso, en paralelo, el magistrado Carlos Giménez, titular del?Juzgado de Instrucción 7 de Posadas lleva adelante un expediente que investiga responsabilidades en torno a un video que circuló días después sobre las últimas horas de Irma en el sector de internación. En las imágenes, según la familia, se observa a la mujer a punto de colapsar, rodeada de los médicos que intentaron salvarle la vida.
Fue humillante, no sabemos cómo trascendió ese video. Filmaron el momento en que le extrajeron la rama. ¿Dónde está el respeto por la privacidad??¿Por la vida? ¿Por la dignidad de la víctima? ¿Cómo se atrevieron a grabarlo y difundirlo? Eso no es una broma, es jugar con el dolor de mi familia. Todavía esperamos una explicación. Exigimos una explicación, cierra, sin entender a los que lo hicieron.
Irma fue hallada moribunda alrededor de las 1.30 del sábado 17 de diciembre de 2016 en el barrio Villa Bonita de Posadas, en el límite con Garupá.
Falleció a las pocas horas y, por el hecho, efectivos de la Policía provincial detuvieron a dos sospechosos, uno de los cuales fue liberado. Porteño, el presunto autor, sigue tras las rejas.
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