La decisión del presidente Donald Trump de no renovar a Irán la exención de sanciones prevista en el acuerdo nuclear sirvió para acercar a los duros del régimen, que ven en Estados Unidos el enemigo supremo, y al sector pragmático, que apoya el proceso de acercamiento emprendido por el presidente Hasan Rohaní.“Tenemos una postura similar, pero diferentes formas de expresarla”, manifestó Jafari a los periódicos locales que pusieron en sus tapas la foto de su abrazo a Zarif, ambos sonrientes. El mensaje a Trump estaba claro: con nosotros no vale el divide y vencerás. Es también significativo si se recuerda que Rohaní resultó reelegido el pasado mayo con una campaña que defendió la apertura al exterior y criticó a los Pasdarán por apoyar a su rival conservador.La amenaza de Trump, que se confirmó por estas horas con la decisión del americano de no certificar el acuerdo nuclear con Irán, reforzó el argumento conservador de que no se puede confiar en Estados Unidos, que tanto defendieron el fundador de la República Islámica, el ayatolá Jomeini, como su sucesor y actual líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. Más allá de que es habitual que conservadores y moderados redoblen la apuesta ante las presiones exteriores, ambos bandos están de acuerdo en que tanto el programa de misiles balísticos como las intervenciones regionales que Washington y sus aliados árabes consideran que están desestabilizando Oriente Próximo, son vitales para defender los intereses iraníes. De ahí que los analistas vean escaso margen de negociación.Desde el levantamiento de las sanciones, Irán dobló sus exportaciones de petróleo y grandes compañías internacionales como Total, Airbus y Boeing firmaron contratos multimillonarios con Teherán. Sin embargo, la mayoría de los iraníes aseguran que no percibieron los beneficios, y las encuestas muestran que su entusiasmo se fue enfriando desde su firma. La inflación sigue alta, la tasa de desempleo no mejoró y, a pesar de que los bancos iraníes se reconectaron a la red que permite las transferencias internacionales, aún hay problemas para acceder a los mercados financieros o tener una tarjeta de crédito.A favor y en contraLos detractores del acuerdo esperan que este nuevo enfoque de Estados Unidos lleve a renegociar el pacto para hacerlo más estricto. Pero París, Berlín y Londres, cuyas empresas volvieron a invertir en Irán, descartan toda posibilidad de reabrir los debates sobre el texto.Por su parte, los defensores del pacto sostienen que la voluntad de Washington de poner en riesgo un texto que se firmó hace apenas dos años sería un terrible mensaje para Corea del Norte, bajo presión internacional por su programa nuclear y misilístico, que concluiría que es inútil dialogar con Estados Unidos.Fuente: El País (España) y Agencia de Noticias AFP-NA
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