De manera automática, cuando alguna de las autoridades de Aduana/AFIP se acercaba de manera sorpresiva al sector de resguardo del puente internacional que une Posadas con Encarnación, una decena de automóviles -casi todos de matrícula paraguaya- dejaba atrás las dos o tres horas de cola y, de manera intempestiva y en contramano, “pegaba la vuelta” de regreso al país vecino.La situación comenzó a repetirse semana tras semana, hasta que una gota rebalsó el vaso: dos de esos automóviles sospechosos chocaron entre sí y un tercero embistió a un vehículo que nada tenía que ver con la dudosa maniobra. Ante la gravedad de aquel incidente y las sospechas firmes de que algo sucedía, las autoridades aduaneras realizaron una presentación ante la Justicia.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, ese fue el inicio de la investigación -en agosto de 2016- que el último martes derivó en la detención de cuatro aduaneros y la notificación de la causa a un quinto integrante de ese organismo de control. No obstante, este Diario confirmó en las últimas horas que en la causa hay ordenadas al menos doce intervenciones a teléfonos de agentes que trabajan en el puente.El inicio de la pesquisaLa presentación realizada por las propias autoridades de AFIP/Aduana ante la Fiscalía Federal 2 de Posadas, a cargo de Diego Stehr, tuvo lugar el miércoles 24 de agosto de 2016. En la misma, según explicaron las fuentes, los jefes dejaron asentadas una serie de situaciones extrañas que percibieron desde semanas antes a esa fecha.Al decir de las autoridades, cuando las mismas arribaban de manera sorpresiva a la denominada Zona Primaria Aduanera del puente internacional -un sector estrictamente delimitado en el que la Aduana tiene total potestad- de manera intempestiva varios automóviles paraguayos abandonaban la fila de ingreso al país y, como podían, retomaban el carril de regreso hacia la “vecina orilla”.Al respecto, en una de esas visitas de control sorpresivas, los jefes aduaneros pudieron observar cómo al menos una decena de automóviles realizaba la peligrosa maniobra. No obstante, esa no fue la única sospecha que encendió la alarma. Sucede que las autoridades aduaneras también denunciaron otro accionar sugestivo: algunos de los vehículos que contaban con un “perfil sospechoso” y eran derivados a las dársenas especiales para un análisis más riguroso escapaban a toda velocidad eludiendo incluso los controles físicos apostados en la escena por peronal de Gendarmería Nacional.En virtud de que ese tipo de situaciones sucedían generalmente en un turno conformado por determinados agentes es que la Fiscalía solicitó al Juzgado Federal de Posadas, a cargo de la magistrada María Verónica Skanata, una serie de escuchas a los teléfonos de doce aduaneros.La pesquisa se prolongó durante más de un año, hasta que el martes finalmente fueron detenidos cuatro aduaneros. En tanto, el miércoles por la mañana, esos cuatro acusados junto a un quinto, notificado de la causa y en libertad, fueron imputados por “asociación ilícita en concurso real, incumplimiento de los deberes de funcionario público y cohecho”. Ese quinto involucrado fue el único que rompió el silencio: se dijo inocente y se desligó de cualquier tipo de ilícito.Por lo pronto, la principal sospecha de los investigadores es que los aduaneros involucrados mantenían contacto telefónico con posibles “paseros”?paraguayos para facilitar el ingreso a la Argentina de mercadería sin aval aduanero. Está ahora en manos de la Justicia establecer la veracidad de esa hipótesis y, de ser así, el grado de responsabilidad que pudiera caberle a cada uno de los involucrados.
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