“No tenemos más nada, ni una comunicación, ni una prueba de vida. No sabemos nada de mi papá ni de los captores. Estamos angustiados, tristes, de repente desesperados”, afirmó hoy la mujer en una entrevista con la emisora radial paraguaya ABC Cardinal.Urbieta, de 64 años, fue secuestrado en su estancia de Belén en inmediaciones de la localidad de Horqueta, a 420 kilómetros al norte de Asunción, y su rescate fue fijado en 500.000 dólares, pero la familia aseguró desde un principio que no contaba con ese monto. “Tratamos de reunir el dinero, pero ellos saben hasta dónde va nuestra capacidad”, ratificó hoy Liliana.Luego de las negociaciones se supo que los captores -enrolados en una escisión del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) conocida como Ejército del Mariscal López (EML) bajaron sus pretensiones a 350.000 dólares, suma que los allegados del tío del intendente de Horqueta, Arturo Urbieta (ANR), tampoco lograron reunir.La única prueba de vida que obtuvo la familia consistió en un video de pocos segundos, grabado en la última semana de enero, que se dio a conocer el 7 de febrero de este año, y en el que se puede observar al ganadero con un aspecto muy distinto en comparación con las fotografías que se conocen de él, pero en aparente buen estado de salud. El autodenominado EML está liderado por el ex dirigente de la Organización Campesina del Norte (OCN) Alejandro Ramos Morel, quien lo formó tras ser expulsado del EPP. El pasado 7 de septiembre, Liliana Urbieta, una de las hijas del cautivo, había pedido a los secuestradores por medio de un comunicado negociar la liberación de su padre y rogó información sobre la situación de salud del ganadero.Urbieta es uno de los cinco cautivos de la guerrilla paraguaya desde 2014 en el norte del país. El oficial de la policía Edelio Morínigo (secuestrado desde el 5 de julio de 2014), y los colonos menonitas Abraham Fehr (8 de agosto de 2015), Franz Hieber (21 de agosto de 2017) y Berhnard Blatz (1 de septiembre de 2017) completan la nómina.Los secuestros motivaron al Gobierno paraguayo a desplegar en 2014 en la zona de influencia del EPP la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), integrada por militares y policías, con el objetivo de combatir a la guerrilla, aunque no logró evitar los raptos ni desbaratar a la organización. Fuente: Télam
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