Un misionero fue condenado en Brasil a siete años, tres meses y quince días de prisión por tráfico de metanfetaminas, después de ser detenido en septiembre pasado con más de trece kilos de éxtasis en comprimidos, ocultos en un doble fondo instalado en el tanque de combustible del automóvil en el que circulaba.Fuentes de PRIMERA EDICIÓN confirmaron que se trata de Eliseo Aníbal Kiesel (34), oriundo de Puerto Iguazú, quien permanece tras las rejas en Foz de Iguazú desde el domingo 25 de septiembre de 2016. A poco más de un mes para que se cumpla un año de la aprehensión, el argentino finalmente fue condenado por la Justicia brasilera por el delito de “tráfico de estupefacientes”, que prevé penas de cinco a quince años de cárcel según la ley del país vecino.Doble fondoKiesel fue detenido alrededor de las 21 de ese día cuando circulaba a bordo de un Chevrolet?Celta -radicado en Puerto Iguazú- por la ruta nacional BR-277, en jurisdicción de Santa Terezinha de Itaipú, a unos veinte kilómetros de la Triple Frontera.Al llegar a un retén de la Policía Rodoviaria Federal, Kiesel quedó a merced de los uniformados de esa fuerza. Consultado sobre su destino, el misionero brindó una versión que llamó la atención y encendió las sospechas: dijo que había visitado a un amigo en Ciudad del Este (Paraguay) y regresaba a su domicilio en Puerto Iguazú.Sin embargo, aquel trayecto lejos estaba del recorrido que seguía el Celta. Fue por ello que los policías resolvieron llevar adelante una requisa minuciosa al automóvil. Eso generó aún más tensión en el conductor argentino.El Celta fue trasladado hasta una fosa de la fuerza, donde los uniformados finalmente confirmaron sus sospechas. Al extraer el tanque de combustible del rodado, que tenía los tornillos de sujeción “recién removidos”, descubrieron un doble fondo en el que viajaba una bolsa plástica azul. En el interior había unos 66 mil comprimidos de éxtasis, todos prolijamente marcados con la inscripción “Gold”, por un total de 13,180 kilogramos del estupefaciente. El destino del misionero estaba marcado.Confesión y detallesSe inició entonces un proceso en contra del argentino, quien hizo uso de su derecho y mantuvo el silencio al momento de su detención. Sin embargo, ya en la instrucción formal de la causa, ante la Justicia, rompió el silencio y brindó algunos detalles.Kiesel confesó la autoría del hecho y afirmó que fue contratado por un paraguayo para transportar el estupefaciente a Buenos Aires. Dijo que “cargó” la metanfetamina en ese país y que, al cumplir con el viaje, recibiría 30 mil pesos en efectivo.La denominada audiencia de instrucción y juzgamiento tuvo lugar días atrás en Foz, donde Kiesel finalmente enfrentó a los magistrados a cargo de la investigación, quienes lo encontraron culpable del delito de “tráfico de estupefacientes”, razón por la que finalmente fue condenado a la pena de siete años, tres meses y quince días de prisión.“El acusado confesó que sería acompañado por un vehículo que actuaría como ‘punta de lanza’, conducido por el dueño de la droga. Ese nivel de relación permite suponer que ya había realizado trabajos similares anteriormente. Difícilmente la primera misión recibida correspondería a una carga de tanta magnitud como la secuestrada. Tales indicios evidencian que el detenido, al momento de los hechos, actuaba en colaboración con una organización criminal”, sintetizó la Justicia brasilera a la hora de argumentar el monto de la pena, basado en una organización de peso internacional con conexiones en los tres países involucrados.
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