La isla griega de Kos intentaba hoy volver a la normalidad tras el potente sismo que sufrió en la madrugada del pasado viernes y que también afectó a la ciudad turística turca de Bodrum. "Con toda la gente que había en las calles, que solo haya dos muertos es un milagro", declaró el alcalde adjunto de la ciudad griega, David Yerasklis, al diario Kathimerini.Este sábado había un ligero caos en el aeropuerto de la isla de Cos, destino de numerosos británicos y escandinavos: muchos vuelos sufrían retrasos y el puerto principal de la isla, afectado por el sismo, seguía cerrado.Las infraestructuras del resto de la isla están mayormente intactas, según resaltaron las autoridades, y el tráfico marítimo fue redirigido al puerto de Kefalos, en el oeste de la isla. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, pidió no "dramatizar" la situación: "Crear un clima de exageración y de dramatización no ayudará a devolver la normalidad a la isla", declaró en un comunicado.La mayoría de hoteles no se vieron afectados, aunque algunos habitantes de la isla pasaron la noche en tiendas de campaña o parques, así como una parte de la ciudad seguía sin agua este sábado.Deborah Kinnear, británica de 35 años, contó a la AFP por Twitter que su familia había intentado salir de la isla pero que, a falta de vuelos, habían decidido quedarse: "La última noche no fue tan mala. Esperamos que lo peor haya pasado", indicó.Hasta el momento no se registraron heridos entre los 800 migrantes y refugiados presentes en la isla, situada a una veintena de kilómetros de las costas turcas y una de las principales puertas de ingreso a Europa. Varios monumentos arqueológicos o medievales están cerrados hasta nueva orden.En Bodrum, donde no hubo muertos, las autoridades indicaron que muchos de los 360 heridos registrados sufrieron daños al intentar huir por las ventanas al creer que sus edificios podían derrumbarse.Los sismos son frecuentes en Grecia y a lo largo de las costas occidentales de Turquía.Fuente: Agencia de Noticias AFP/NA
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