Luego de tres jornadas de búsqueda con buzos y embarcaciones de Prefectura Naval Argentina en el arroyo Guazú de Corrientes, no se hallaron rastros de Rogelio Schweig (46) como tampoco de la camioneta que conducía y con la que se precipitó al agua junto a su esposa Elena Dzikovski (46). La sobreviviente el jueves por la noche, tras recibir el alta médica, declaró ante la Policía de Corrientes y señaló que durante la madrugada del miércoles sobre la ruta nacional 12 no vio nada que le impidiera evitar caer al río porque el puente estaba roto.De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, la misionera relató momentos previos y posteriores al trágico episodio. Poco más de tres horas requirió la toma de declaración a la oriunda de Andresito luego de su evolución de los traumatismos en el hospital 9 de Julio de la localidad entrerriana de La Paz y ante los efectivos de la comisaría de Esquina que se constituyeron especialmente.Dzikovski señaló que no transitaban rápido, que había niebla y que la camioneta Ford Ecosport cayó al agua de punta e impactó contra en un tramo de puente caído y semisumergido en el arroyo Guazú. El vehículo habría dado un vuelco y luego se acomodó en posición normal lo que le facilitó que pudieran desprenderse los cinturones de seguridad e intentar ponerse a salvo.La mujer lo logró rápidamente y manifestó en su declaración que lo último que le oyó decir a Rogelio Schweig fue que sentía un fuerte dolor en el pecho. Que no volvió a tener ninguna referencia visual de su pareja y tampoco de la camioneta. Pero que tenía la sensación de que Rogelio había conseguido salir del vehículo.Contó además que viajaban tomando mate desde las 4.15, momento en que habían retomado el tránsito rumbo a Buenos Aires luego de pernoctar en Goya.Sobre la velocidad en que se movilizaba la Ford Ecosport no habría sospecha de exceso, de acuerdo al relato de la misionera.Dzikovski agregó a su vez, que no vieron “nada” que pudiera alertar de que iban en dirección a una tragedia. Remarcó que notó vestigios y rastros de algún tipo de movimiento en la zona pero nadie que los frenara.Mientras las labores de búsqueda se mantienen, el juez de Instrucción de Esquina, Gustavo Vallejos, intenta establecer varios factores para determinar lo sucedido, los responsables y las respectivas imputaciones.Entre estos puntos sobresale saber quién o quiénes debieron haber vallado y señalizado la ruta para que ningún automóvil llegara siquiera a la cabecera del puente del arroyo Guazú derrumbado.Del lado opuesto del viaducto, en La Paz, las fuentes de información coinciden en que había retenes policiales entrerrianos y con personal debidamente apostado, además de contar con la señalética de contingencia.También está bajo sospecha si el puesto caminero de la Policía provincial en Goya, a 30 kilómetros de Esquina. Este control se ubica a la altura del municipio de San Isidro y se supone o baraja como necesario, debió estar con sus guardias en pie sobre la ruta nacional 12 para que esto no sucediera. Por el momento, los buzos de Prefectura trabajan en una zona de fuerte correntada del arroyo Guazú entre los nueve y doce metros de profundidad y que dos kilómetros más abajo el cauce se cierra hacia la desembocadura del río Corrientes.“Tragedia enorme”Uno de los cuatro hermanos de Rogelio Schweig, se encuentra en Esquina y acompaña a las labores de búsqueda.Ayer Lucio dialogó con varios medios de comunicación de la zona. Señaló consternado que “no hay cómo explicar lo que pasó, uno da la vida por su hermano y esto es un dolor enorme, es una tragedia (…) Para peor mamá está internada consecuencia de esta situación, ella tiene 71 años y es la más frágil”.“Rogelio tiene siete hijos, el menor de ellos tiene nueve años y el mayor 24. Antes de venir para acá ellos recibieron asistencia psicológica, porque dos chicos quedaban con las tías y a los otros los llevaron a la casa de la hija más grande que está casada”.Ante la consulta sobre la posible velocidad que habría transitado Rogelio, afirmó: “Mi hermano era muy cuidadoso, velocidad agarraba solo cuando tenía la certeza de que no había peligro enfrente. Ojalá Dios nos permita encontrarlo cuanto antes y poderlo abrazar”.“El vehículo no cayó del cielo”La Justicia correntina intenta esclarecer y determinar los protagonistas de la versión que tomó mayor fuerza ayer, de que el miércoles 12 de julio a las 3, dos horas antes de la caída al arroyo Guazú de la camioneta en la que viajaban hacia Buenos Aires, Rogelio Schweig y Elena Dzikovski, otro automóvil estuvo cerca del mismo destino pero fue frenado por operarios de una empresa de telefonía que reparaban los cables que se cortaron con el derrumbe de la estructura del puente.Gustavo Vallejos, juez de Instrucción de Esquina espera la respuesta a los oficios remitidos a la Unidad Regional II de Goya, que determinen quiénes estaban a cargo de la seguridad de la ruta y quién impartió la orden del operativo.El juez Vallejos habló también en el lugar de la búsqueda. Señaló a medios de prensa que “el caso se encuentra en plena etapa investigativa para determinar las responsabilidades (…) El vehículo no cayó del cielo, ese vehículo pasó los controles y se desató la tragedia”. “Esperemos que a partir de ahora se señalice por completo la ruta y se cierre”.
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