Un trabajador identificado como Alfredo, quien en marzo había denunciado en la comisaría 4ª el robo de su moto Beta 150 CC, no se imaginó que la moto que le sustrajeron estaba en poder de uno de los “motochorros” más temibles de la capital provincial: Joaquín R. alias “Fantasmita”.La moto había sido secuestrada días atrás en el marco de los allanamientos simultáneos que realizaron la UR-1 e Investigaciones Complejas tanto en la casa del mencionado malviviente como en las de sus cómplices “Chirry” y “Pan Dulce”.
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