Por otra parte, se ordenó que la menor sea sometida a una serie de pericias con el fin de determinar el grado de discapacidad que presenta. Además, se realizarán una serie de procedimientos a los fines de establecer el lugar donde se registraron los abusos. El objetivo es buscar elementos que permitan avanzar en la pesquisa.El caso fue denunciado el jueves 2 de febrero por una joven de 18 años quien manifestó ante la Policía que un expolicía, de 65, dopó y abusó sexualmente de su hermana, quien padece retraso madurativo. La investigación se disparó tras dicha presentación penal, en el Juzgado de Instrucción 1 de Puerto Rico, a cargo de Rubén Lunge. En exclusiva con PRIMERA EDICIÓN, la denunciante afirmó que se enteró por dichos de su propia hermana de lo que le habría tocado vivir y que, por si fuera poco, habría sido su propia madre quien hizo de entregadora. “Mi hermana me contó que mi mamá la llevó a la casa del tipo, cenaron, miraron la tele y entonces la llevaron a una pieza. Todo enfrente de mi madre.Entonces le dieron pastillas para que se duerma, ellos salieron de la vivienda un rato y al regresar ella seguía despierta. El hombre se sacó la ropa y se acostó al lado de ella, mientras todo esto sucedía mi mamá miraba”, sintetizó.Testimonio claveLa joven que radicó la denuncia en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional IX, con asiento en Jardín América, fue citada a declarar en breve ante el Juzgado de Puerto Rico, para ratificar ante un magistrado sus dichos en sede policial.
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