(Nota publicada por PRIMERA EDICIÓN el 15 de febrero de 2012)Ayer fue nuevamente un día de intenso trabajo para los Bomberos, la Policía provincial y los vecinos que se desempeñaron casi sin descanso para sofocar el incendio que arrasó con centenares de hectáreas de monte y pino en Caá Yarí.Al finalizar el día la situación parecía controlada, sólo quedaban pequeños focos, pero que ya estaban circunscriptos, por lo que se estima que hoy se lograría sofocarlos totalmente.En la zona quedó una vigilia de bomberos y policías.Ayer se reforzó la cantidad de socorristas que llegaron al lugar y trabajaron bomberos de Oberá, Apóstoles, Leandro N. Alem y personal policial de las comisarías de la zona.También, desde las primeras horas del día, el avión hidrante del plan provincial de manejo del fuego ayudó a combatir el incendio que dejó cuantiosas pérdidas.Aunque todavía no hay precisiones respecto a las pérdidas, debido a la furia con la que avanzó el fuego arrasando con todo lo que encontró a su paso, principalmente monte y pino, ayer se mencionó que serían unas 400 hectáreas las afectadas, aunque el relevamiento realizado con GPS con el avión hidrante confirmó que fueron 220.El fuego comenzó el domingo a las 10 en el límite entre las localidades de San Martín y Caá Yarí, a unos veinte kilómetros de la ciudad de Oberá. Ayudado por el viento y la sequía, el fuego se propagó rápidamente hasta alcanzar niveles inesperados y no solamente quemó centenares de hectáreas de monte y pino, sino también provocó pérdidas en distintas producciones de la zona.Por la acción del fuego desapareció una antigua iglesia ubicada en Colonia Finlandesa y un depósito que funcionaba detrás de la Escuela 248, ubicada en la zona donde se produjo el siniestro.En todo momento la tarea estuvo centrada en evitar que los frentes de fuego alcancen las viviendas que están en la zona, por lo que se avanzó por el monte en una zona de difícil acceso.El comisario mayor Héctor Torente, jefe de la División Bomberos de Oberá, definió en la víspera que “los vientos están un poco más calmos, se está tratando de llegar al foco principal, en la ladera de los cerros, y si controlamos eso podemos decir que el incendio está controlado”, precisó.El uniformado destacó que “la prioridad fue proteger las viviendas, los animales, los cultivos y los galpones con tabaco. Para combatir el fuego tenemos autobombas, mochilas, pero en la zona de monte con lo que más se trabaja es con guachas y ramas. Es una pelea desigual, pero es lo único que queda”, afirmó.Es que para llegar al foco del monte los socorristas tuvieron que subir “una ladera bastante empinada y los únicos elementos que se pueden llevar son una mochila y machete, ni agua se puede llevar porque es muy difícil subir”, describió Torrente.“Con optimismo, creo que podemos controlar el incendio, si Dios nos ayuda mañana (por hoy) tenemos que terminar con esto, luego se tiene que hacer una vigilia sí o sí”, indicó.Prosiguen los trabajosLa desesperación fue el denominador común en la zona donde se desató este voraz incendio que arrasó con más de 200 hectáreas de monte, pino, yerba, maíz, dos casas abandonadas, una iglesia abandonada y un galpón en desuso. Pero el mayor temor era que llegara a las viviendas y galpones que a esta altura están llenos con la cosecha de tabaco, que le significa a los colonos la producción del año y sus ingreso económicos.Ayer los mismos vecinos abrieron caminos con la colaboración de una máquina municipal para cortar el fuego, “pero donde llegaron las llamas las pérdidas fueron totales, no queda nada. Está feísima la situación, es muy difícil esto”, expresó una vecina.Por su parte, Silvia Kluge, vecina del lugar, se manifestó “preocupada porque el fuego va muy rápido y sigue avanzando y hay gente que tuvo pérdidas totales”.Trabajo minuciosoBomberos, policías, vecinos y el avión hidrante del Plan Provincial del Manejo del Fuego, piloteado por Rafael Jacovich, dieron lucha implacable a las llamas, que según indicaron los trabajadores podrían haber sido provocadas.Jacovich contó a PRIMERA EDICIÓN ayer que “el foco de este incendio comenzó tres días antes del domingo, que fue cuando dieron aviso y llegó la ayuda. Entonces, hay que concientizar a la población para que ayude y si ve un foco de incendio, con la sequía que estamos pasando, dé aviso para trabajar antes de que extienda”.Además, destacó el trabajo de los bomberos, los policías y los vecinos. “Fue todo un problema trabajar en la zona con el avión hidrante, porque es una zona de interface, hay casas, galpones, monte, entonces hay que calcular muy bien donde se hace la descarga porque son 2.500 kilos que se lanzan desde el avión a 160 kilómetros por hora y esto puede destrozar una casa, entonces ésto hizo muy difícil el trabajo, porque el fuego avanzaba y hay que evaluar y hacer un trabajo minucioso con los bomberos y policías que conocen la parte estructural, para cuidar las casas. Una vez que las casas estaban aseguradas, seguíamos con lo forestal y esto hizo que el control del fuego sea más lento”, indicó Jacovich.Asimismo, el piloto explicó que, aunque aún no se determinó qué causó semejante incendio, dijo “el 99% de las causas de incendios son humanas, lamentablemente esto es así. Los vecinos contaron que los focos estuvieron ardiendo tres días antes de que den aviso”.Casi controladoAyer también estuvo en el lugar el subjefe de la Policía de la provincia, comisario general Víctor Rutschman, quien señaló: “Vine a interiorizarme, a tener información de primera mano de la gente que está trabajando, de la situación general de la zona y viendo si falta algún elemento para controlar lo antes posible el siniestro. El fuego está circunscripto a la ladera del cerro que está en el fondo, las otras partes ya fueron controladas. Debido a la magnitud del incendio se priorizó a las personas y también se defendió la escuela”.
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