Un caso cuanto menos confuso pero que enciende el alerta sobre el accionar de cuatro efectivos de la Policía provincial fue denunciado en las últimas horas por un ciudadano paraguayo, quien aseguró que los uniformados le exigieron 30 mil pesos en efectivo para dejarlo continuar de regreso a su país con una caja de cigarrillos que aparentemente había adquirido en Posadas.La historia no termina ahí, ya que sumó otro capítulo insólito. El extranjero aseveró ante las autoridades que tuvo que hacer venir desde Encarnación a su pareja para que trajera 17 mil pesos. Al parecer, abonó ese monto en carácter de “coima” a los agentes corruptos. Sin embargo, a los pocos metros el denunciante fue detenido por otro grupo de uniformados.Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, el hecho tuvo lugar el último miércoles por la noche, alrededor de las 21, en la intersección de las avenidas López Torres y Tierra del Fuego, hacia el sur de la capital provincial.El denunciante, de 33 años y oriundo del barrio Pacú Cuá de Encarnación, aseguró que minutos antes ingresó a la Argentina por el puente internacional y se dirigió hacia un local emplazado en cercanías de la denominada “Placita del Puente”, donde cargó al menos una caja de cigarrillos.Posteriormente, al mando de un Toyota Caldina, el extranjero condujo por López Torres hasta llegar a Tierra del Fuego. En ese lugar fue interceptado por dos motocicletas de gran cilindrada en las que se desplazaban cuatro uniformados de la Policía de Misiones, con quienes inició un diálogo.Siempre al decir de la denuncia, en ese momento los servidores públicos le exigieron 30 mil pesos para dejarlo continuar de regreso a su país, con tanta firmeza que el paraguayo debió comunicarse por vía telefónica con quien sería su novia, quien a los pocos minutos llegó a la escena con lo que pudo juntar, alrededor de 17 mil pesos.Más allá de la situación de legalidad o no en la que se encontraba el extranjero con respecto a la mercadería que llevaba, lo cierto es que el accionar de los uniformados deja mucho que desear, sobre todo en virtud de que ese accionar se encuadra -nada más y nada menos- que en el delito de “cohecho”, que prevé penas de hasta seis años de prisión y la inhabilitación perpetua para cumplir funciones públicas.De nuevo a la denuncia, lo cierto es que con el dinero en mano, la mujer debió dirigirse junto a los cuatro uniformados hacia un sector oscuro de una plaza ubicada en calle 120 y López Torres, en el barrio Parque Adam, donde finalmente entregó el efectivo a los servidores públicos.Hasta allí, lo relatado por el paraguayo ante las autoridades. Sin embargo, hubo más. Es que ya liberado de ese primer episodio, encendió el motor con destino -ahora sí- rumbo a su país, pero curiosamente a los pocos metros fue nuevamente interceptado por otros policías, quienes lo detuvieron bajo la acusación de “contrabando de importación” y le secuestraron los cigarrillos que llevaban.
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