El director nacional de Epidemiología, Jorge San Juan, confirmó, en declaraciones periodísticas, que el pequeño, además de microcefalia, "nació con muchísimas alteraciones, trastorno en los miembros y diversas fallas orgánicas por las cuales falleció". Los estudios que se le habían realizado a la madre habían dado negativo, pero hay que tener en cuenta que la enfermedad sólo es detectable durante seis días en sangre y diez en orina. San Juan señaló que el del bebé fallecido "era uno de los cuatro que estaban en observación cuando Tucumán tuvo 24 casos de zika y las mamás cursaban el embarazo". El Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud señala que la sospecha del caso se inició en septiembre pasado a partir del control de un embarazo de 27 semanas de gestación en el que se detectaron malformaciones fetales compatibles con síndrome congénito asociado a la infección por zika. La mujer que cursaba el embarazo no tenía antecedente de viaje ni sintomatología de la enfermedad durante su embarazo.
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