Es una mujer imparable, habla y todo lo que dice resuena, tanto en mí como en ella. A medida que avanza la entrevista con Karin Pires, la autora del libro Incómoda Mente Feliz, me doy cuenta de la energía que genera su presencia. “Creo que el cáncer llega a tu vida para algo y en mi vida es una bendición porque a mí me despertó. Hoy tengo una metástasis en el pulmón porque son resabios de esa vida anterior que tuve y todavía tengo que cambiar. Yo digo en mi libro que cuando me enteré que tenía cáncer, cuando empecé a morir en cuotas y comencé a vivir en un pago. En ese sentido considero hoy que el cáncer me ayuda a hacer cosas que no me habría animado a hacer. Escribir el libro, haber dejado las clases como docente de música. Yo tenía una vida buena, me iba bien, pero no estaba conforme”, casi sin respiro relata su vida y la ve como un antes y un después. En su familia donde son cinco hermanas mujeres, ella es la única que tuvo cáncer y se preguntaba: ¿por qué a mi?, “pero me di cuenta de que era yo. No es fácil decirle a una persona enferma de cáncer que si lo tiene es porque se lo buscó. Ahora me doy cuenta de que mi vida no era mala, estaba bien, pero yo no estaba bien. Tenía el enojo a flor de piel, yo era inconforme, el tiempo me ponía mal, pero exageradamente mal. Cuando me enteré que tenía cáncer me decepcioné, con Dios, con la vida, me puse en víctima mucho tiempo. Ahora ya no. Ahora el desafío es que mi cuerpo me de tiempo porque también la enfermedad hace su daño y el cuerpo se resiente. Igual le doy esa cuota de optimismo porque hice y hago los cambios espirituales, mentales y de actitud… Creo que es un conjunto de cosas que se fueron sumando y ahora las cambié y sigo cambiando. Cuando me doy cuenta de que vuelvo a patrones impuestos por mí misma, hago el cambio”. Durante la enfermedad Karin conoció al que hoy es su esposo y reconoce que “si no hubiera tenido la enfermedad no lo hubiera aceptado, y me enamoré. Eso me hizo florecer”. Karin vive Incómodamente con el cáncer, pero es Feliz porque eso le genera endorfinas, la convierte en una persona optimista, con menos dolores y con más entusiasmo. Con ganas de hacer más cosas con ganas, por placer y no por obligación. Por Rosanna [email protected]





Discussion about this post