O enferma. Es lo que voy constatando no sólo por la experiencia sino también por la cantidad de material bibliográfico acerca de investigaciones científicas que se han realizado y continúan sobre el tema. Dichos estudios demuestran que lo que se mueve alrededor del fast food o comida rápida acorta la vida y predispone a diversas enfermedades.En general, las personas no se cuestionan ni ponen en duda su manera de alimentarse, basada en creencias que recibieron por tradición. A lo que se agrega la falta de tiempo y el aceleramiento con que se vive que les va llevando por el camino de “lo fácil”. Uno de los errores mas comunes es que casi el total de los alimentos consumidos en el día son cocidos y los estudios serios muestran que entre el 70 y el 90% de las vitaminas y minerales, y el 100% de los fitonutrientes se destruyen cuando se cocinan los alimentos. El procesamiento, la cocción, la pasteurización y la irradiación son métodos de tratamiento de la comida que destruyen sus cualidades.Al cursar este año, la especialidad de Cocina Medicinal dentro del Veganismo, en la Escuela Argentina de Naturopatía, fui reafirmando y sistematizando valiosos aprendizajes: la importancia de pensar en la elección de la comida para que esta pueda ser digerida y asimilada correctamente por el organismo; y que es fundamental prestar atención a los órganos digestivos porque cualquier insuficiencia se traduce en una mala elaboración o dificultad en la asimilación.Se puede definir la Cocina Medicinal como aquella que, por la elección de los alimentos y la forma de cocinar, resguarda la calidad nutricional de los alimentos. Tiene como objetivos: aumentar sustancialmente el consumo de frutas y verduras crudas y orgánicas para lograr aumentar la energía vital; elaborar recetas simples, sencillas y completas, que faciliten al organismo el metabolismo de todas las substancias nutritivas; e incorporar el hábito saludable de consumir semillas, legumbres y hierbas aromáticas, de preferencia de producción local.¿Qué es difícil cambiar? Por supuesto no es fácil romper hábitos instalados durante décadas y desechar creencias, lo que sí es importante es comprender que de la manera en que nos alimentamos depende también nuestro estado mental y emocional. El nutricionista crudívoro americano David “Palta”Wolfe, lo expresa así: “Uno no es lo que es sino más bien lo que puede llegar a ser. Lo más interesante de la vida es que uno puede convertirse en algo mejor de lo que era antes”.Colabora: Hilda GonzalezExperta en Cocina [email protected]





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