Octavio Leonel, de dos años, estuvo perdido en medio de la picada en Dos de Mayo, escapando de un campamento tarefero donde sus padres trabajan.El pequeño estuvo 24 horas perdido sin conocerse su paradero y las incógnitas abrieron diversas hipótesis, incluso hasta se esperaba el peor final frente a la incertidumbre que sin embargo, no detuvo la acción de los efectivos hasta en el último rincón.El nombre del cabo primero Sergio Dornel será recordado en adelante por ser quien contuvo al niño como si fuera su hijo, para que luego recibiera atención sanitaria por las consecuencias de permanecer un día a la intemperie con deshidratación, picaduras de insectos, paspaduras y el trajín recorrido de mil metros desde el lugar donde estaba con sus padres.La búsqueda de Octavio Leonel se multiplicó en el radio trazado por los conocedores de la zona pero también tuvo su fuerte efecto en las redes sociales, donde la foto del niño desparecido recorrió el mundo, pensando en que el pequeño pudo haber sido víctima de desconocidos o se pudiera haber desplazado hasta una zona urbana donde nadie supiera su procedencia.Valga el reconocimiento al desempeño del personal policial durante la intensa búsqueda, en especial al Grupo de Operaciones Especiales de la UR-VII de Apóstoles cuyo conocimiento y experiencia aportaron mucho a que Octavio Leonel esté hoy vivo con sus papás.Cabe recordar que en total fueron 200 los efectivos que estuvieron abocados a los rastrillajes de la zona, todos de diferentes dependencias de la Provincia, Grupos Especiales, además de personal de Gendarmería Nacional, Guardaparques, Bomberos Voluntarios y vecinos que marcaron -una vez más- la enorme solidaridad del pueblo misionero.Los buenos policías volvieron a marcar la diferencia frente a la vocación de servicio. Necesitamos muchos más así.
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