Javier Mandirola se subió a un barco a hacer fotos y recorrió 25 países en dos años. “Desde Alaska hasta Australia, pasando por Hawaii y Samoa. Desde el Mediterráneo hasta Australia. De Estados Unidos al Caribe. Y todos los países limítrofes de Argentina”, cuenta, mientras trata de ordenar ese mapa mental que vaya uno a saber qué imágenes de esa aventura le devuelve.De esa hazaña seleccionó cerca de una veintena de fotografías que las denominó para su muestra Mundo de Gente, expuestas en el museo Juan Yaparí (Sarmiento 319). La entrada es libre y gratuita; la exhibición estará abierta durante todo el mes. Las imágenes relatan creencias, pasatiempos e idiosincrasia de diversas culturas y naciones.Javier Mandirola es periodista, comunicador, fotógrafo, cooperativista, militante, activista y, al menos, productor cultural. Tiene 29 años, nació en Entre Ríos pero pasó gran parte de su vida en Misiones. Es un posadeño más.Sobre la muestra dijo “lo que vi me sorprendió y quiero compartirlo. No sólo compartir imágenes, sino compartir ese espíritu aventurero porque yo, desde siempre, soñaba con la idea de ir a lugares desconocidos, a conocer otras culturas. Pero me parecía que eso era para otra gente. Algo imposible para mí. Pero cuando realmente se quiere algo, aunque parezca mentira, las cosas se acomodan para que suceda casi de forma misteriosa. Y no hace falta irse muy lejos para quedar atrapado por nuevos colores, aromas y texturas. Acá nomás en el interior o en Bolivia, por mencionar un lugar más lejos, todo es distinto, fascinante, mágico. Tiene que ver con la mirada y la posición desde la que uno interactúa”.A quienes deseen visitar la muestra, Mandirola dijo que “Vamos a ver una serie de 15 fotos en un tamaño aproximado de 40×50 centímetros que reflejan escenas cotidianas de gente en diversas latitudes. Cada foto está acompañada de un epígrafe, que en algunos casos cuenta curiosidades sobre estas escenas que ayudan a ponernos en contexto. Pero en otros casos dicen solo el nombre y el lugar dónde se registraron las tomas. Porque si hay muchas palabras, cambia la percepción subjetiva de cada uno. Y la idea es que cada uno tenga una experiencia personal y única de acuerdo a sus vivencias, creencias. A su vida en sí. En una futura muestra la idea es incluir más fotos porque con apenas 15 es muy difícil construir el relato. La muestra va a ser itinerante pero va a ir variando en cuanto a la cantidad y la selección de fotos”. Las fotos del viaje eran para Javier, su familia y sus amigos. Sin otras pretensiones. Eran registros cotidianos para recordar lo que iba viendo, algo natural que hace cualquiera con una cámara en la mano y más, si desde hace tiempo ya sentías la necesidad de registrar. “No tomaba fotos sólo por trabajo sino por una cuestión personal, también”, confiesa. Como las imágenes que se captan de unas buenas vacaciones. Como casi siempre pasa, a Javier lo motivaron desde afuera y varios amigos periodistas comenzaron a animarlo y después, a desafiarlo, conscientes del valor de las imágenes. Si Javier se hubiera imaginado que sus fotos irían a su primera muestra, hubiera trabajado mejor algunos aspectos técnicos y habría sido más detallista con cuestiones estéticas porque no le gusta retocar las imágenes para que se vean mejor. Pero sin los hubiera y sin los habría, la muestra está en marcha.“Me motivó el sentimiento por un lado y la curiosidad desde mi lugar etnocentrista por el otro. No sé si está bien o está mal. Pero es natural que uno mire desde lo que conoce. Entonces al ver en un mercado gente que vende murciélago como comida, con lo mal visto que son esos animales para nuestra cultura, me generó un impacto muy grande”, contó al destacar las motivaciones que tuvo en cada una de las fotografías tomada en esos viajes por distintos países. Con esta muestra en particular se exhiben momentos en Estados Unidos, Canadá, Fiji, Vanuatu, Haití, Argentina, Bolivia, Jamaica, Australia y Nueva Caledonia.





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