Señora Directora: El folclore del fútbol argentino se compone de varios ingredientes y no todos tienen características agradables. Hay partidos de todas las categorías donde se juega un muy buen fútbol, con las más variadas estrategias o técnicas, tanto en defensa como en ataque. Hay partidos con excelentes arbitrajes y los hay con pésimos.Hay varios detalles más, pero el que más denigra a todo este folclore fue y es la bastarda conducta y existencia de los barras bravas, donde todos sus integrantes son bestiales y peligrosos. Han ocasionado una infinidad de violencia no solo fuera de las canchas, sino en las tribunas donde no van para mirar un buen espectáculo, sino todo lo contrario. Destruyen todo lo que pueden.Luego van al exterior del estadio para producir disturbios y enfrentarse con la policía, como recientemente cedió en Asunción (Paraguay), donde los cabecillas se creyeron estar en Buenos Aires. Pero se encontraron con otro tipo de autoridades que los detuvieron y los llevaron a las comisarían, como corresponde. No tienen vergüenza de haber estado o estar en la cárcel, como varios de la barra de Boca.Desde 1975 que estos “barras” fueron creciendo y viven presionando a dirigentes y a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que desde aquel entonces no hizo nunca nada para terminar con su existencia.
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