El tiempo es una sucesión continua de momentos, incluso puede definirse como un movimiento constante, un ejemplo claro sería: es el día y la noche, que señalan el paso constante de un ciclo.Nada en el mundo permanece quieto e inalterable por siempre, todos sufren el proceso incesante de cambios. Nada puede desafiar el paso del tiempo, es por eso que se me cruzó la idea de que al tiempo se lo puede burlar, aunque sea por un momento. Esta extrovertida idea surgió cuando leí el artículo en una revista de ciencias que decía: “El arca de la fotografía”; donde un grupo de fotógrafos de varios países, plasmaron con sus cámaras a los últimos animales que se encuentran en peligro de extinción, para que las generaciones futuras puedan conocerlas. Es algo muy desolador, pero se considera como una de las alternativas de conservar a estas especies, aunque sea a través de la imagen. Es que la fotografía tiene esa cualidad que otras técnicas no poseen para preservar la memoria de un hecho, encerrar esa escena por siempre, manteniendo a sus personajes inmutables, perdurables a través de los años. Cuando miramos una imagen, nos lleva a ese mismo momento, incluso el entorno que rodea a esa figura, nos hará recordar otras situaciones ocurridas en ese mismo lugar, algo que nos sería imposible recordar sino fuera por la imagen inmutable de ese momento, que quedó plasmado sobre el papel. Pienso que con la implementación de las nuevas tecnologías, las personas hacen uso y abuso de las imágenes fotográficas con las famosas “Selfies” o fotografiar un encuentro, hasta lo que van a desayunar, y luego las suben a las redes sociales para compartir con el mundo su vida. Ante esta acción constante, hacen que las memorias de esos aparatos se llenen y se tenga que ir descartando y borrando esas imágenes digitales para siempre. La mayoría no son guardadas en bases de datos o archivos, porque las nuevas tecnologías, como las personas, solo viven el momento. Porque a través de los avances, lo que antes nos parecía todo un acontecimiento: salir en una foto y que después nuestros padres y abuelos guardaban como un verdadero tesoro, y que hasta el día de hoy se mantienen resguardadas en algunas cajas resistiendo el paso del tiempo, creo que hoy en día, la tecnología hizo que la magia de la fotografía pierda de alguna forma su valor y olvidar de alguna manera, el atesorar esos instantes. En este sentido, creo que pertenezco a la “vieja usanza” de llevar a revelar en papel las fotografías de los momentos que más me importan y guardarlas en un álbum, para mostrar a algunas visitas o mirar de vez en cuando, algunos lugares recorridos y los amigos del camino que conocí y tratar de recordar sus nombres y a qué países pertenecían.Lo mismo me pasa con los discos compactos que deben estar en sus respectivas cajas o el misticismo de palpar y de cerrar los ojos al oler las páginas de un libro antes de leerlo. No se trata de ser un chapado a la antigua o no querer adaptarse a los cambios tecnológicos, simplemente uno debe tratar de conservar el valor de las cosas.Lo mismo pasa con una imagen expresada en un papel y que estará guardada para que las personas puedan contemplarla cada vez que necesiten recordar, o simplemente disfrutar junto a las personas queridas, un momento que jamás se repetirá. Por Raúl [email protected]





Discussion about this post