La “cárcel del fin del mundo” es célebre a nivel mundial, está en la ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego. Es un lugar turístico obligado para quienes viajan al Sur de nuestro país. Presos célebres estuvieron alojados en ese lugar. Está deshabitada y más que generar pérdidas, da ganancias al Estado. A diferencia del presidio mencionado, en Misiones existe otra unidad penal también deshabitada, a la vista casi fantasmal, pero que genera enormes gastos al erario público. La gran diferencia es que fue inaugurada hace más de cuatro meses y no tiene detenidos. Hasta el momento ningún delincuente pisó sus celdas. No obstante, el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y de acuerdo a las fuentes, tiene actualmente afectados a 82 uniformados en el lugar (en su momento se anunció que serían cien los efectivos que tendrían dicho destino).Con sueldos promedios de 11 mil pesos para suboficiales y de unos 13 mil para oficiales -sin contar horas extras para los guardias que suelen tener un piso de 600 pesos-; debe ser un alivio para cualquier personal ser asignado a dicha unidad, donde quizás no se corra tanto peligro como en otras penitenciarias, donde muchos entran en contacto con reos de extrema peligrosidad. La responsabilidad es mínima. Al ser inaugurada la cárcel de Cerro Azul, allá por diciembre del año pasado, las autoridades gubernamentales en su momento -el exgobernador Maurice Closs y exministro de Gobierno Jorge Franco-, anunciaron con “bombos y platillos” su puesta en funcionamiento. Tal vez les faltó especificar en qué fecha. Franco, oriundo de esa misma localidad, explicó en dicha ocasión a la prensa que la flamante sede penitenciaria “constaba de 3.000 metros cuadrados cubiertos, seis pabellones, diez celdas y todas las unidades necesarias para su normal funcionamiento” y resaltó que “además contaba con una escuela taller de panadería, para que los internos aprendan un oficio y trabajen en él, con una capacidad para 120 internos. Denominada de mediana seguridad su inversión total fue de 40 millones de pesos”.Aunque el Gobierno admite que las Unidades Penales están al límite de su capacidad, la realidad marca que están mucho peor de lo que piensan. Y resulta de mal gusto no asignar el presupuesto para que la cárcel de Cerro Azul finalmente funcione.Escándalo A un mes de ser inaugurada, la nueva cárcel fue noticia nacional. No por alojar presos célebres o alguna fuga. Fue un verdadero escándalo que el Servicio Penitenciario negó. Es que al menos cuatro efectivos del SPP habrían terminado sancionados supuestamente por realizar apuestas en juegos de naipes, consumir bebidas y protagonizar una pelea en dicho predio.Hasta se dijo que uno de los guardias heridos al pelear con otro terminó hospitalizado. Nunca se informó del resultado de la investigación interna. Se rumoreaba incluso que ante la falta de internos el tiempo libre daba lugar a ciertas actividades que derivaban, por ejemplo, en los citados incidentes. Lamentablemente la “cárcel fantasma” de Cerro Azul nació como un proyecto para combatir la superpoblación carcelaria y actualmente está deshabitada y sigue sumando polémica.En otras unidades “faltan colchones y móviles” El presupuesto en Seguridad incluye al SPP. Pero no alcanza. Al menos así lo revelaron a este Diario desde la misma fuerza, donde incluso es “vox pópuli” que en algunas de las unidades de la provincia de Misiones faltan insumos básicos como tinta para fotocopiadoras y papel y hasta colchones para los internos que ingresan. Una fuente de la misma fuerza precisó que no cuentan en algunas penitenciarias con guantes para requisar internos o visitas. Lo de las cárceles abarrotadas, muchas veces desmentido desde los voceros de turno del Gobierno, es considerado por los uniformados como “una falsedad”, porque si existieran controles serios sería posible detectar que la cantidad de presos siempre superan a las cifras correspondientes a la estructura edilicia. “También faltan móviles en muchos casos y por si fuera poco, hace mucho no reciben capacitaciones”, confiaron.





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