Muy a menudo quienes administran los recursos públicos pareciera ser que se manejan con reglas tomadas de libros desconocidos por la sociedad en general, basando sus decisiones en principios de difícil comprensión. Caso contrario, resultaría muy fácil de interpretar la decisión de Vialidad Nacional de encarar la obra de una nueva rotonda sobre la ruta nacional 12, cuando hay por lo menos tres que hace años no pueden terminar en la zona norte de la provincia. La que más esperanzadora se presentaba era la de Montecarlo, con mano de obra local, avanzó a pasos agigantados en el último año, sin embargo, desde hace varios meses está estancada. Las más caóticas son las de Esperanza y Eldorado, esta última demorada hace cuatro años generando un verdadero caos en el acceso a la ciudad. En las últimas semanas, en Puerto Rico comenzaron las obras de la tan anhelada y solicitada rotonda en la intersección de ruta 12 y avenida 9 de Julio, por donde en la actualidad ingresan los colectivos y el tránsito pesado. La obra la había comenzado a solicitar hace muchos años el exintendente José Dieminger, y el pedido lo continuó el actual alcalde Federico Neis. Este último, había anunciado el inicio de las obras para octubre del 2014, pero luego de un año y medio de postergaciones, hace unas semanas la obra dio inicio. Sin embargo, esta ciudad necesita por lo menos dos rotondas más además de la que ya ha comenzado: una en la intersección de la arteria nacional con la avenida San Martín, conocido como El Arco de acceso; y la otra en el nuevo acceso norte, por avenida Raúl Alfonsín, donde deberían ingresar los colectivos a la nueva terminal cuando sea inaugurada.





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