Hoy, 8 de marzo, celebramos el Día Internacional de la Mujer que evoca la lucha de la mujer por su participación en pie de igualdad con el hombre en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Más allá de tener una fecha en el calendario anual, creo que es necesario que aprovechemos esta oportunidad para reflexionar sobre nuestras actitudes, no sólo personales, sino como sociedad, para valorar y respetar la complementariedad de los géneros que nos enriquece y es un don de Dios para la humanidad. Cada ser humano, más allá de sus condiciones particulares debe ser tratado con dignidad e igualdad. Celebrar este día nos recuerda de la lucha de casi un siglo en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. La historia nos enseña a no repetir tantos atropellos contra la dignidad de la mujer como en el pasado. Sin embargo, tenemos todavía mucho camino por recorrer como sociedad, para que esta meta del respeto a la dignidad e igualdad sea una verdadera realidad.Creo que el primer paso para lograr la dignidad de la mujer es la toma de conciencia, como sociedad en su conjunto, de la necesidad de alcanzar una sociedad en base a los valores del respeto y la igualdad. Esto sólo será posible con un cambio de actitud desde el seno de la familia para que haya un verdadero ámbito donde se pueda vivir en armonía, respeto mutuo e igualdad. A pesar de los notables progresos en los derechos de la mujer en la sociedad argentina, traducidos en un marco legal y normativo moderno, existe una lamentable alta tasa de femicidios. Durante 2014 el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y ONU Mujeres publicaron un “Modelo de protocolo latinoamericano de investigación por muertes violentas de mujeres por razones de género”; mientras que en Argentina el 4 de junio de 2015, la Corte Suprema de Justicia encomendó a la Oficina de la Mujer la elaboración del primer Registro Nacional de Femicidios de la República Argentina.Del informe surge que 225 mujeres fueron asesinadas por su condición de género. El 42% de las víctimas eran mujeres jóvenes comprendidas entre 21 y 40 años. El mismo informe consigna que en el 75% de los casos los asesinatos fueron perpetrados por algún allegado (esposos, concubinos, exparejas o novios). Los datos sobre femicidio demuestran que a pesar de los notables avances en los derechos, el marco normativo, el acceso a la educación y a ámbitos laborales por parte de las mujeres, existen factores culturales vinculados a la visión machista y de cosificación de la mujer que persisten y generan esquemas de violencia que llevan hasta la muerte por su condición. También afrontamos los desafíos de la red de trata de personas con fines de la explotación sexual de la mujer. A veces las estadísticas sólo nos muestran las situaciones extremas de gravedad. Y muchas situaciones de violencia contra la dignidad de la mujer no aparecen en los informes, ni tampoco en los noticieros. De todas maneras la conmemoración de esta fecha es un llamado para que tomemos conciencia de las actitudes que atropellan la verdadera dignidad de la mujer. Es necesario sin espera, revertir los estilos de una sociedad machista hacia una sociedad que necesita una verdadera transformación. Los caminos hacia esta evolución están en la educación y en la toma de conciencia de que la mujer debe ser respetada y valorada como tal. Apostemos entonces por una sociedad cada vez más justa donde se priorice la dignidad e igualdad de todos sus miembros. Un deseo de felicidades a todas las mujeres en este día y un gracias a Dios por crear a la mujer, que es el rostro materno de un Dios que es amor, ternura, vida y por quien es posible la continuidad de la vida.
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