El homenaje por el primer aniversario de la muerte del suboficial Roberto Omar Ballesteros, ejecutado durante el asalto al banco Macro de esta localidad el 2 de febrero de 2015, se realizó a la misma hora en que el golpe comando sacudió la provincia. El acto se realizó el martes en la avenida Rivadavia, frente a la entidad crediticia, en el cantero que divide el bulevar, donde se puso una placa y flores como ofrenda al policía misionero abatido durante el asalto perpetrado por una banda brasilera.
Acompañaron la ceremonia jefes de distintos escalafones de la Policía provincial, autoridades civiles, eclesiásticas, familiares, comerciantes vecinos al Macro, los clientes y empleados del banco y camaradas de Ballesteros, testigos del cruel episodio en el que los delincuentes irrumpieron a balazos para robar dos millones de pesos. El atraco se llevó la vida de Ballesteros, uno de los guardias del banco.
La organización del homenaje ayer estuvo a cargo de la Unidad Regional VIII con asiento en San Vicente. Pero la presencia de la esposa de Ballesteros, su hija, madre y hermanos resumió el clima de consternación aún vigente.El comandante mayor Héctor Horacio Almada, jefe de la UR VIII fue el encargado de leer un mensaje del jefe de la Policía de la Provincia Manuel Céspedes.La ceremonia se cerró con una ofrenda de flores.
“Orgulloso de ser policía”
Fue Mercedes Espíndola, madre de Ballesteros quien habló con PRIMERA EDICIÓN para destacar la figura de su hijo y el dolor que no “cesará jamás”.
“Todavía no puedo entender lo que pasó con mi hijo. Él siempre quiso ser policía, igual que muchos de nuestros parientes. Estaba orgulloso de serlo. Pero hace un año lo llamaron a mi hermano y le dijeron que Roberto había muerto en un asalto. Desde entonces todos los días, lo único que hago es pedir justicia para mi hijo”.
“No sabemos si el que lo asesinó está preso en el Brasil o no. A mí me dijeron que el caso está cerrado acá (en Misiones), pero yo espero más información porque no sé si la investigación avanza o no. Yo igual confío en la Justicia de Dios. Sé que él lo hará por mi hijo”.
“Todo cambió”
Para Juan Aires, comerciante de la zona, lo sucedido el 2 de febrero del año pasado lo guarda como una escena que aún no finalizó: “Todo fue muy rápido y confuso. Vimos gente que se bajó de una camioneta con uniformes y armas largas y pensábamos que eran los guardias que cuidaban a alguien que traía dinero para el banco, no que venían a robarlo. Era lunes y recién estábamos comenzando el mes. Luego escuchamos disparos y gritos por todos lados, en la calle, vereda, saliendo del banco, gente en el piso, corriendo y los delincuentes huyendo con rehenes”.
“Todo cambió desde entonces. Los vecinos andan inquietos, prestan más atención a los autos que pasan cerca. Los que van a realizar depósitos o retirar dinero no lo hacen solos”.
El nuevo intendente de El Soberbio, Roque Soboczinski, coincidió en el punto bisagra: “Hay un después del robo al banco. La ciudadanía empezó a prestar atención. La Policía esta más en la calle y hay prevención del delito”.
“De todas maneras, la herida está abierta. Nadie esperaba que ocurra esto (…) Hoy trabajamos para tener mayor presencia de gendarmería en la frontera, es necesaria, la gente necesita volver a sentirse en paz”.
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