Desde la utilización de lámparas de alto consumo pasando por los grados en los que debe ponerse a funcionar el aire acondicionado, hasta la colocación de ventanas para el aprovechamiento de la luz solar. No esta de más tener conciencia en el uso racional de la energía.Ahora bien, saldada esta cuestión que hace a la economía hogareña y hasta el cuidado del medio ambiente, es recurrente preguntarse si las subas de precio en la energía eléctrica de Misiones se deben solamente a una exigencia nacional de reajuste tarifario.O a la necesidad de tapar un viejo y millonario déficit que arrastra la empresa sin que nadie haya decidido comenzar una “limpieza interna” de las finanzas. Porque promesas hubo muchas. Pero nadie se anima a enemistarse políticamente dentro de la renovación para realizar un amplio ordenamiento que genere menores pérdidas.Mientras siguen los rumores de cambios (se viene hablando con insistencia de la renuncia de Sergio “Pity” Ferreyra a la presidencia de Emsa y el desembarco de una persona allegada al secretario de Energía de la provincia); lo que no cambian son las pérdidas, el uso del organismo como caja política para seguir poniendo a punteros campaña tras campaña, sumando como directores a exintendentes que nada saben del mercado eléctrico.Ferreyra cuenta con el apoyo incondicional del gremio Luz y Fuerza, porque seguramente las incorporaciones y las pocas promociones de empleados de carrera pasan por su supervisión a cambio de no encabezar manifestaciones que compliquen aún más la delicada situación de Emsa. En plena emergencia energética, como sucede con la de salud por la epidemia de dengue, la responsabilidad de salir adelante es compartida. Pero no debe pagarse la ineficiencia de muchos años de malas gestiones con el bolsillo de los usuarios.El Gobierno provincial, a través de Emsa, debe transparentar el funcionamiento de la empresa, terminar con los “ñoquis” si los hubiera, con los que no trabajan por tener protección política. Sino, los tarifazos seguirán multiplicándose sabiendo que se trata de un monopolio y que nadie dejará de usar energía. Esa situación sería un verdadero abuso frente al cual será difícil encontrar quién defienda a los usuarios.
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