Era el miércoles 5 de enero de 2011, vísperas de la jornada en que llegan los tres Reyes Magos de Oriente a los hogares trayendo regalos, en conmoración de la visita de esas majestades al pesebre de Belén donde naciera el Niño Jesús.Han transcurrido ya cinco años desde que la casi inverosímil información, poco clara al principio de la tarde de ese día, se fue transformando en certeza que en cada corazón de la gente de Posadas y hasta donde llegaba el anuncio se insertaba con tanta tristeza como incredulidad.Es que desde las radios se informaba que un vehículo que circulaba por la ruta nacional 14 en sentido desde Posadas hacia Gobernador Virasoro (Corrientes) había sufrido un accidente y que habría -al menos- tres víctimas fatales. No se tardó mucho en saber que lo que parecía increíble era una triste realidad y que los fallecidos eran José Diéguez , Andrés Cavia y Jorge Do Santos “Pachón” Lira, tres músicos de Posadas de venturoso porvenir en su mettier y muy queridos en el ámbito cultural y artístico de Misiones. Iban a una actuación a la que nunca pudieron llegar. Hay veces que a la muerte…Un periodista de fuste, Osvaldo Ardizzone, que escribía en las revistas más calificadas en el medio deportivo argentino, comentaba una vez el deceso en forma totalmente inesperada de un par de jóvenes futbolistas. Con palabras muy propias finalizaba su artículo diciendo “Todos sabemos que la muerte llegará alguna vez. Pero hay casos en que a la muerte habría que matarla”. ¡Cuantos misioneros habrán pensado en matar a la muerte ese día de hace cinco años! Diéguez fue vocalista de bandas como Comunes y Ocurrentes, Batería Legal y Panchito y su Montecarlo Soul; Cavia profesor de música e integró la Orquesta Folclórica Municipal con su bajo eléctrico y voces y el inefable “Pachón” Lira, guitarrista y compositor, un músico de talento extraordinario que actuó en escenarios de la provincia, del ámbito nacional y del exterior.Hace cinco años dejaban de existir en un lamentable accidente que ocurrió en la ruta 14. Ayer a pesar de la lluvia un grupo de amigos se reunió en el Palacio del Mate para recordarlos de manera sencilla -cómo eran ellos-, desde el corazón y en una ronda de mates, anécdotas en las instalaciones. Por Esteban Abad





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