El ministro Froilán Zarza fue designado por sus pares como nuevo presidente del Superior Tribunal de Justicia de Misiones (STJ), cargo que tuvo en los últimos años su par Ramona “Pelusa” Velázquez. Ejercerá en el rol desde el 1 de enero de 2016 hasta el 31 de diciembre de 2017. En entrevista exclusiva con PRIMERA EDICIÓN, el que será en pocos días titular de uno de los tres poderes del Estado reveló los lineamientos de su gestión. Despapelización y digitalización de expedientes, políticas de acceso a la Justicia, “una mejor relación con la gente y respuestas en tiempo oportuno”, los cuatro pilares en los que apuntalará su tarea. ¿Le sorprendió su designación como nuevo presidente del STJ?Sí, la verdad es que no lo esperaba, pero así se dieron las cosas y ante este desafío estoy proyectando y tratando de generar nuevos espacios y metas vinculadas a la gestión que vamos a llevar adelante desde el año que viene.¿Ya tiene algunas ideas en mente para aplicar en lo inmediato? La idea es apuntalar y profundizar las políticas que ya el STJ viene aplicando y desarrollando, sobre todo las vinculadas con la informatización y despapelización del Poder Judicial. Vamos a avanzar en los procesos digitales, que son fundamentales no sólo para lograr una adecuación al siglo XXI sino también porque a partir de ello podemos tener mayor éxito en la resolución de los problemas de los justiciables, que son los que vienen al Poder Judicial buscando respuestas. Será una herramienta para lograr otros objetivos, que son mejorar la relación con la gente, tener una Justicia que dé respuestas en tiempo oportuno. Además vamos a apuntalar el acceso a la Justicia que es algo que nos preocupa y sobre lo cual ya estamos trabajando hace mucho tiempo, desde distintos lugares. Trabajamos con la puesta en marcha de nuevos juzgados de paz creados a través de las leyes que se aprobaron a lo largo del año. Todo esto implica una gestión vinculada a los recursos humanos, a la capacitación del personal y la puesta en valor de cada uno de los lugares. Usted ejercerá la presidencia pero con un presupuesto que fue aprobado con anterioridad. ¿Cómo cree que ésto afectará a su futura gestión? En todo lo que fue el armado del presupuesto, si bien se hizo bajo la dirección de la presidencia, se trabajó en el cuerpo. Obviamente después estará la impronta de cada uno, pero las cuestiones generales fueron consensuadas, no va a haber sorpresas. Por ahí algunas cuestiones que son prioridad las vamos a mantener y otras pueden ir redireccionándose. Todo depende de cómo se vayan dando las cosas y de cómo evolucione la situación económica de la provincia y el país. Suele haber fuertes quejas sobre algunos fueros, por ejemplo, el de familia, que se encuentra desbordado. ¿Va a haber una respuesta a esta situación? El fuero de familia es un fuero al que vamos a darle toda la importancia que requiere y que necesita. Requiere resoluciones rápidas, exigentes, con mucha capacidad de respuestas, obviamente que vamos a darle la prioridad y otorgarle todos los recursos que sean necesarios. Tenemos que poner en funcionamiento el Juzgado de violencia doméstica que ya está creado y tiene designado su juez, al igual que la Defensoría de violencia doméstica. Son dependencias vinculadas que seguramente van a mejorar indirectamente el funcionamiento de los juzgados de familia que hoy tienen una gran carga con los temas referidos a la violencia doméstica. Esta situación genera demora en la resolución de otras cuestiones y creemos que ésto va a mejorar. Pero obviamente todo este trabajo es progresivo, no es mágico. Otro de los puntos cuestionados es la falta de agilidad en el proceso de nombramiento de los jueces para que ocupen las vacantes, sobre todo en los juzgados de instrucción penal…Hoy por hoy están todos con los jueces designados, salvo el de San Vicente y el de Iguazú, que son los que están vacantes. De todos modos es una atribución de otro Poder del Estado y no tenemos ninguna injerencia. Lo que hacemos es tratar de colaborar con esas dependencias para que puedan seguir desarrollando su actividad a pesar de la vacante. Los abogados y los trabajadores de carrera reclaman desde hace mucho el ingreso de personal por concurso al Poder Judicial. ¿Evalúa poner en marcha esta medida en su gestión? Todavía no hay ninguna decisión. Tengo mi opinión al respecto pero prefiero reservármela hasta que hable con mis pares. ¿Hay novedad sobre el nombramiento de un nuevo ministro del STJ para cubrir la vacante surgida por la renuncia de Humberto Schiavoni? Ninguna. Tampoco es de nuestra injerencia. Se había dicho que para fin de año se iba a habilitar la posibilidad de agilizar los estudios de ADN para las causas penales. ¿En qué estado está este proceso? Tenemos firmados los convenios con el Ministerio de Salud y nos resta establecer los protocolos. Vamos a agilizar estas cuestiones. En materia penal es sumamente importante contar prontamente con los exámenes de ADN para la identificación. Lo tenemos en agenda. Otra cuestión que llama la atención en relación al trabajo del STJ es la demora en la resolución de expedientes penales que llegan a casación…Tenemos la intención de hacer algún tipo de modificación al funcionamiento interno de los procesos. Estamos legalmente obligados a votar en todas las causas, y al ser ocho ministros es natural que el proceso se dilate. Vamos a buscar soluciones procesales para agilizar el trámite de las causas. Hay alternativas procesales que las podemos aplicar nosotros y otras que están dentro del ámbito del Poder Legislativo. En las que necesitemos un cambio normativo, si estamos todos de acuerdo propondremos a la Legislatura los cambios que hagan falta. ¿Cómo va a ser su relación con los jueces de instrucción penal teniendo en cuenta comentarios de pasillo que daban cuenta de una muy mala relación de este fuero con el STJ?La relación es formal. Vamos a ejercer la presidencia y a requerir a los Tribunales orales y a las Cámaras de apelación, en su caso, que realicen el trabajo de superintendencia, y como siempre nos mantendremos al margen de la actividad puntual respecto de los jueces. Vamos a tratar de generar políticas para ajustar todos los procesos y que entre todos logremos una mayor y más eficiente respuesta. ¿Esto va a requerir ajustar el trabajo de contralor? Por supuesto, es lo que nos cabe a nosotros. Tanto desde el STJ como a los tribunales orales y a las cámaras penales: buscar la manera de ajustar procesos. La misma aplicación del Sistema de gestión de expedientes digitales nos va a ir ayudando en esto, ya que además posibilita tener un panorama estadístico en tiempo real. Todo está relacionado, son una serie de medidas que vamos tomando y que buscan la eficiencia en la resolución de los conflictos. A veces los jueces no están muy cómodos con este trabajo de superintendencia…Es que a nadie le agr
ada tener que controlar a un par o sentirse controlado. No tenemos ningún tipo de injerencias en la resolución de las causas, pero sí tratamos que los procesos para la toma de decisiones sean más estandarizados y tengan una agilidad mayor. La tarea de superintendencia nos permite hacerlo. ¿El supuesto espionaje que se denunció en el Siged tuvo un trasfondo político? De ninguna manera. Tal como quedó claramente establecido en la causa penal, fue una diferencia terminológica entre los técnicos informáticos y los técnicos jurídicos. ¿En qué proceso está la despapelización del Poder Judicial? Los avances que tuvimos son importantes. Tenemos el desarrollo de un sistema, un software creado por los técnicos del Poder Judicial, y tenemos la posibilidad de ir haciendo los ajustes que nos requiere este tipo de procesos. Y lo tenemos en todos los fueros. Firmamos el convenio con el Colegio de Abogados y ya hay abogados que tienen la firma digital. Hemos avanzado muchísimo, pero nos resta mucho por delante. Hay cuestiones que tienen que ver con políticas propias y otras que son ajenas a nuestra injerencia, como el hecho de que estaban frenadas las importaciones de tecnología en general y fue de difícil acceso. Los proveedores de Internet también son ajenos al Poder Judicial… son muchas variables que atentan contra la mayor agilidad en los avances. Tecnológicamente estamos en un lugar muy bueno, técnicamente en condiciones óptimas, pero hay dificultades que son ajenas. ¿En qué estadio de este proceso le gustaría estar dentro de un año? Lo que queremos particularmente es tratar de ir mejorando todos los procesos, y que al cabo de un tiempo podamos decir que estamos resolviendo en tiempo oportuno las causas. Actualmente tenemos un muy buen nivel de resoluciones pero siempre las expectativas son mayores. La idea es ésta que todos nos sintamos orgullosos del Poder Judicial al que pertenecemos, que cada empleado, cada secretario, cada juez, cada ordenanza esté orgulloso del Poder Judicial al cual pertenece.





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