La búsqueda de una alimentación saludable, que aporte los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana debería ser motivador para una visita al nutricionista, una consulta que en los últimos años cambió notablemente y ya no significa acudir a un profesional que, en base a antecedentes médicos, determinará un plan de comidas a seguir, sin contemplar la realidad de cada paciente y que, en muchas ocasiones conducía a la frustración y posterior abandono de la dieta. Hoy en día recurrir a un profesional de la alimentación permitirá adaptar un programa a cada persona.Actualmente la tradicional historia clínica se conforma, además de los datos que hacen a la salud del paciente, con información relacionada a su vida diaria. "Quién compra los alimentos, si comparte o está solo en la mesa, trabajo, horarios, la posibilidad de llevar viandas, todo influye, no sirve entregar una dieta divina que no se va a poder cumplir", según explicó a PRIMERA EDICIÓN la licenciada en Nutrición Analía Paiva.Quizá porque, a su entender, "los profesionales se fueron dando cuenta de que ser tan rígidos no ayudaba a cumplir, igual que la monotonía, te decían de lunes a viernes comé tal cosa, todo era super aburrido y no se lograba el cambio de hábito porque el paciente no adquiría conocimientos".Y agregó que “el acto de comer no es solamente ingerir alimentos, está influenciado por el ir al supermecado y la forma en que estos organizan las distintas opciones de alimentos, la televisión, las revistas, la moda”. Además, sostiene que la alimentación sufrió un cambio notable a partir de que la mujer comienza a trabajar fuera de la casa y los productos congelados, pre-elaborados, pasan a ser una opción rápida y cómoda al momento de resolver el menú.“Un error común también es el consumo de productos light, a veces entre un producto y otro sólo hay diez calorías de diferencia. Entre el alfajor famoso, el verde, y uno de chocolate, bien rico, hay quince calorías de diferencia. Hay productos en los que sí se notan diferencias considerables, por eso siempre es recomendable leer los indicadores del envase. Por ejemplo, para quien tiene colesterol elevado es más beneficioso tomar leche descremada; pero no necesariamente todo tiene que ser light, el pensamiento común entiende que, como es bajo en calorías, se puede consumir un poco más, y no es así”, observó la profesional.“Otro gran error es tratar de compensar la ingesta de alimento con actividad física. Un tiempo de ejercicio no implica entrar a un tenedor libre y darse carta abierta para probar todo. Una caminata de una hora implica un desgaste de unas 300 calorías, lo que contiene una rodaja de pan dulce, es por eso que hay que tener mucho cuidado con esta ’costumbre’”, subrayó Paiva. El boom de la alimentación saludable pobló las góndolas de los mercados de alimentos ricos en fibras, elaborados a partir de semillas, cereales, alimentos que prometen una vida plena en muchos aspectos, sin embargo es aquí donde radica otro cuestión a tener en cuenta.Rico y provisto de propiedades, omega 3, 0% grasas saturadas o grasas trans no significa que se puede comer sin control. “A veces se demoniza a los alimentos porque tienen grasa, por esto o lo otro, sin embargo todo tiene que ser en su justa medida. Las galletitas de avena, por ejemplo, pueden ser una bomba, tienen frutos secos, cereales integrales, todo divino, pero el tema es ver el contenido graso. Los frutos secos son buenos, pero pocas cantidades contienen muchas calorías, el secreto está en ver la cantidad que se va a comer”, aseguró la licenciada.“Las gaseosas continúan siendo uno delos grandes problemas en la alimentación, suelo decirle a mis pacientes que hagan la cuenta del gasto que representa consumirlas. En el mercado se encuentra una gran oferta de bebidas sin azúcar, que son un poco mejores, sin embargo el consumo diario no es bueno, tienen edulcorantes, fósforo, manchan los dientes, son super ácidas”, dijo la especialista.Y añadió que “hay chicos a los que las mamás les dan gaseosa en la mamadera, no hay que acostumbrarlos a que sea algo habitual, debería ser como antiguamente, cuando se reservaban a salida, una fiesta y significaban algo especial. Si al chico lo educas teniendo siempre una gaseosa en la heladera, obviamente, va a pedir eso y no agua”.Otro cambio sencillo y que en un mediano plazo puede dar buenos resultados es el reemplazo del azúcar por edulcorante, puesto que, según explica Paiva, “es representativo en cuanto al consumo de calorías, además es un mito que causan cáncer porque las dosis diarias que se consumen son ínfimas. Es bueno ir reemplazando el azúcar, simplemente, a veces, es necesario acostumbrarse.El cuerpo necesita vitaminas, minerales, proteínas, por eso la alimentación debe ser programada de forma inteligente y estar íntimamente relacionada a cada persona.Sergio Verón en PosadasLa comisión organizadora del grupo de Anónimos Luchadores Contra la Obesidad (Alco) Posadas organizó una jornada especial, para conmemorar el Día Mundial de Lucha contra la Obesidad, que se realizó este fin de semana. Las actividades se realizaron en “La Estación” Vía Cultural del cuarto tramo de la costanera de esta ciudad capital y estuvieron encabezadas por el reconocido licenciado en actividad física Sergio Verón, integrante de la Clínica Cormillot y figura que se hizo pública en el programa “Cuestión de Peso”.





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