Cuando se menciona a Ucrania, rápidamente se asocia a su excepcional potencial agropecuario, debido a sus fertilísimas "tierras negras", muy importantes a escala europea. No en vano se la llamaba "el granero de Europa", siendo a comienzos del siglo pasado uno de los mayores productores de trigo en el mundo.Por eso es difícil concebir que este país y su pueblo quedaron en el "ojo de tormenta" de la mayor catástrofe mundial del siglo XX, y la mayor de la historia de Ucrania, maquinada como genocidio por hambre. Durante el bienio 1932/33 murieron, por esta causa, de siete a diez millones de personas. Sin embargo, el número exacto de víctimas aún no ha podido ser determinado por los historiadores y demógrafos, ni tampoco sus tremendas consecuencias sobre las posteriores generaciones.AntecedentesCon la caída del Imperio zarista en el 1917, Ucrania, después de sucesivos y correlativos pasos políticos, proclama su total independencia el 22 de enero de 1918. Es reconocida por muchas naciones del mundo, incluyendo el gobierno bolchevique de Lenin. La República Argentina lo hizo el 5 de febrero de 1921.Después de una corta, pero cruenta lucha libertadora, la mayor parte del país quedó incorporado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), mientras sus territorios occidentales eran repartidos entre Polonia, Checoslovaquia y Rumania.La primera hambruna en Ucrania comenzó poco tiempo después de la terminación de la guerra y de las represiones de los focos independentistas por el victorioso régimen bolchevique, abarcando una gran parte de su territorio. Sus causas, climáticas parcialmente, se debieron a la sequía de 1921 y a las consecuencias económicas de la prolongada guerra. Pero el factor primordial fue la desastrosa práctica agropecuaria introducida por el régimen existente. A raíz de resistencias y sublevaciones entre el campesinado, Lenin reconoce el fracaso de la colectivización acelerada e introduce la Nueva Política Económica (NEP). Se suspenden las confiscaciones de granos, se permite a los campesinos su comercialización y se recomienda que la colectivización de tierras sea gradual. Este experimento terminó con la muerte de 1,5 a 2 millones sólo de campesinos ucranianos.Ya dueño absoluto del poder en la URSS, en 1928, Stalin aplica su plan quinquenal destinado a convertir el país en un "paraíso terrenal". Todo impedimento para su realización deberá ser eliminado. El individualismo ucraniano es un obstáculo. Así comienza la era del terror contra la Iglesia y la dirigencia nacional ucraniana. Se arresta, fusila o deporta a Siberia millares de líderes religiosos e intelectuales, científicos, estudiosos, artistas y poetas.En 1930 se ordena que la colectivización de la tierra deba ser completada, a más tardar, en dos años. Las tierras de los “kulak” –productores con más de 10m hectáreas y con personal a cargo- todas sus pertenencias son confiscadas por el estado. Miembros de choque del partido comunista son traídos de las ciudades para “ayudar” en la colectivización. El que se opone es denunciado y deportado. Los impuestos, pagaderos en granos, se aumentan exageradamente obligando así, a los campesinos incorporarse a las granjas colectivas donde estos impuestos son tres veces menores.En 1932, se culpa a los campesinos por la falta de pan y el estricto racionamiento de alimentos en los centros urbanos. Sin embargo, los mercados occidentales estaban abarrotados de trigo ucraniano confiscado a sus productores.La hambruna – "Holodomor"La hambruna de 1932/33 ocurrió en las mismas regiones de Ucrania que en las de 1921, con la diferencia que esta vez las causas fueron factores prominentemente políticos. La Hambruna de 1932/33 (Holodomor, en ucraniano) no fue un fenómeno casual de origen natural o social. Fue una consecuencia del terror por hambre, aplicado por un estado totalitario con un fin determinado, o sea genocidio.El aniquilamiento físico masivo de los agricultores ucranianos, por medio del hambre artificial, fue un consciente acto terrorista de un sistema político contra gente pacífica, a cuya consecuencia desapareció no solo una numerosa capa de prósperos y libres campesinos–empresarios, sino también varias generaciones de la población rural.Entre los documentos del Politburó del Comité Central del PC bolchevique de Ucrania, se conservan pruebas sobre la organización de los así denominados “trenes verdes” que transportaban productos alimenticios de Ucrania a Centros Industriales de Rusia, para los Festejos de Octubre.Transportaban desde granos para semilla hasta pepinos salados, chucrut y tomates dejando a las personas condenadas a una muerte segura, por hambre.Por orden de gobierno se prohibía todo tipo de comercio en las aldeas, se impedía el abastecimiento de productos alimenticios, se perseguía y se condenaba a 10 años de prisión y fusilamiento cualquier forma de utilización de pan para pagar por el trabajo, en las regiones que no hayan cumplido con las cuotas establecidas de entrega de granos. Se introducía un sistema de multas con productos naturales y represalias con mercadería. La cantidad relativa de grano ucraniano en el total de la producción de pan de la URSS representaba más de un tercio. Separada la misma por regiones, las cuotas establecidas de entrega de grano, superaban las de Norte del Cáucaso, de la región Central de Chornozem, de Kazajstán y de la provincia de Moscú, tomadas en su conjunto.En la primavera de 1933 el Holodomor llega a su punto culminante. Mueren 25.000 personas por día, 17 seres humanos por minuto.Holomodor: aún se desconocen las verdaderas consecuenciasProbablemente, tomando en cuenta los resultados del censo poblacional de 1937, la pérdida de vidas a consecuencias del agotamiento físico total, del tifus, de envenenamientos gastro-intestinales, canibalismo, represiones, suicidios debido al desorden psíquico y colapso social representaba, en el territorio de Ucrania, a ocho millones de personas, aproximadamente.Evidentemente, el criterio de apreciación de la magnitud de la tragedia no está sólo en la cantidad, sino en la capacidad de cada persona de tomar el dolor ajeno como suyo propio. Al respecto, la conocida poetisa ucraniana Lina Kostenko, decía que “el Holodomor se encuentra más allá de las fronteras del dolor”. La universalidad de esta catástrofe nacional sólo puede ser entendida con la profundidad de la conmoción interna de todo aquel que se considere una persona civilizada.Por su direccionamiento antiucraniano y por la magnitud en su aplicación, el Holomodor de 1932/33 se reveló el arma más terrible de destrucción masiva y de esclavización social de los campesinos, utilizada por el régimen totalitario en Ucrania.El mundo estuvo ajeno, la gran propaganda soviética silenció a los principales líderes. Recién cuando aparecieron los primeros testimonios en Occidente algunos países con la fuerte presencia de comunidades de inmigrantes ucranianos hicieron oír su voz.La Unión Soviética no pudo sostener la mentira. La actual Rusia sigue negando, las desclasificación de los archivos dejan evidencias absoluta
s acerca de lo ocurrido y la verdad de la “crueldad” está hoy en el mundo entero.Muchos países reconocieron a esta tragedia como un genocidio, Argentina no lo hizo, si se manifestaron legisladores nacionales que representaron a la provincia en distintos tiempos. También el Parlamento misionero y consejos deliberantes de Posadas, Oberá y Apóstoles.Cada cuarto sábado de noviembre por resolución del parlamento ucraniano se recuerda esta tragedia, “La mayor catástrofe mundial del siglo XX provocada por el hombre” (Vichna Pamiat – recuerdo eterno)
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