El estado de derecho en la Argentina

 Señora Directora: A finales del siglo XX, ha cobrado fuerza la idea de que la separación de los poderes de gobierno; por sí misma, no alcanza para limitar efectivamente la autoridad del estado. El poder del Estado está limitado cuando, además de existir la división entre el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, el gobierno respeta los límites establecidos por la Constitución. El límite fundamental que la Constitución impone al Estado y a los Poderes del gobierno es "el respeto por los derechos de los ciudadanos, asegurados y garantizados por ella". También le imponen las normas que regulan el funcionamiento de las instituciones estatales con el objetivo de proteger esos derechos. La fuerza y la legitimidad de estos límites surgen de la fuente de la Constitución: ella emana de la directa voluntad soberana del pueblo, expresada a través de una asamblea constituyente y/o de un referéndum. Sin embargo, la real vigencia del estado de derecho en la historia argentina contemporánea ha sido largamente avasallada. Por eso, es fundamental que los jóvenes comprendan que el Estado de derecho es el producto de una construcción permanente de toda la sociedad argentina, y que para garantizarlo y profundizar sus alcances resulta indispensable la participación activa de todos los ciudadanos. Cabe destacar, que la Constitución de la Nación Argentina es la ley suprema del estado argentino. Por lo tanto, la Constitución establece "límites" que las autoridades a cargo del gobierno del estado no pueden traspasar. En este sentido, la Constitución es una garantía que ampara a los habitantes frente a cualquier tipo de ejercicio abusivo del poder. Asimismo, establece derechos que obligan al estado a actuar de forma positiva para facilitar a los ciudadanos su ejercicio pleno. Analizando detenidamente el avance de nuestra democracia, podemos observar que es menester estar informado y alentar a quienes tienen condiciones suficientes, a que participen en política para mejorar el sistema democrático y, a la vez, para evitar que el círculo de los distintos partidos políticos se mantenga con los mismos participantes, aportando así ideas en beneficio de todos.