Cinco hermanitos de 10, 6, 5, 4 y 2 años fueron rescatados de una situación de máxima vulnerabilidad por sus abuelos. Los chicos no tienen DNI y nunca fueron a la escuela. Sus abuelos los encontraron desnutridos, sucios, con quemaduras, heridas y llenos de piojos. Vivían solos con su mamá porque el papá está preso en Oberá. Blanca Viera (58) y Juan Galarza (64) se hicieron cargo de sus cinco nietos. Vivían en una situación de abandono en una vivienda precaria del barrio Villa Lindstrom, zona alta de esta localidad, sin energía eléctrica ni agua potable. Su mamá aceptó que los abuelos se hicieran cargo de los niños. Con mucho amor y solidaridad de un grupo de mujeres, los abuelos se esmeran por dar a las criaturas una vida digna.Demetrio (10), Bruno (5), Abigail (6), Juan (4) y Sandro (2) fueron encontrados por sus abuelos desnutridos, sucios, con quemaduras, heridas, invadidos por piojos, claramente abandonados por su madre. "Siempre iba a visitarlos, pero nunca estaban, cuando por fin pude verlos, no podía creer como estaban", relató con tristeza su abuela Blanca. "No tienen documento, ninguno va a la escuela. Decidimos traerlos con mi esposo y hacernos cargo", contó.Sólo dos ambientesLa humilde vivienda de Blanca y Juan sólo tiene dos ambientes. Por el reducido espacio, la pareja decidió que Blanca duerma en la pequeña casa con sus nietos y Juan debe ir a pernoctar en una vivienda contigua que pertenece a una hija del matrimonio."Es que no tenemos lugar para todos. Si me voy a dormir con mi marido voy a estar pensando en cómo están, no voy a poder descansar, así que duermo con ellos", confesó la abuela.Con todo el sacrificio que representa Blanca inició los trámites para que los pequeños tengan sus documentos de identidad. "Cuando fui al registro, me dijeron que habían venido pero los devolvieron, porque nadie buscaba. Es que no tengo con quien dejarlos, son muy chiquitos. Es difícil salir con los cinco. Además a veces no tengo ni para el pasaje", contó. Según aseguraron los abuelos, los padres de los niños quieren darles la tenencia. La madre no tendría interés en hacerse cargo y el padre está pugnando una condena en la Unidad Penal de Oberá. "Nosotros queremos la tenencia pero queremos darles una vida mejor. Ahora sólo recibimos ayuda de estas señoras que se preocupan por nosotros", remarcó la mujer. En un Caps no quisieron atenderlos Nunca recibieron visita de una asistente social o representante de alguna entidad del gobierno. "En la salita del barrio no quisieron atenderlos porque no tenían documentos. Los llevé a la salita de San Miguel y ahí la promotora de salud nos atendió, averiguó qué vacunas tenían y se preocupó por ellos, pero solo eso. Tampoco recibo ayuda alimentaria porque no tienen documentos", relató Blanca.Hace unos meses, estos abuelos centraron toda la atención en los pequeños. "Yo cobro una pensión y mi marido hace changas. Estaba enferma pero ya no puedo ocuparme de mí. Como no puedo lavar la ropa por mi salud, tomamos unos mates y Juan lava la ropa, mientras yo atiendo a los niños. Después hace alguna changuita que pueda surgir. Pero nada alcanza", confió. Los niños, gracias al amor y cuidado de los abuelos lucen bien, recuperados, con algunas marcas de la vida reciente, pero limpios, abrigados, alimentados. Mujeres solidariasEl caso de los abuelos se conoció por Facebook. Un grupo de mujeres, algunas se conocían, otras no, luego de averiguar, buscar, confluyeron en el mismo lugar. Rápidamente notaron la necesidad de la familia y decidieron ayudar.María Alejandra "Lulú" Vargas, Lila Pietroczuk, Gladys Lupchinsky, Adriana Ullon, Marisol Gauze, Valeria Salce y Pamela Martínez, se convirtieron en hadas madrinas de la familia, cada una siempre se destacó por ayudar a los necesitados, pero juntas descubrieron que pueden lograr mucho más. Consiguieron ropa y calzados para los niños y periódicamente los visitan. "La gente es muy solidaria y nuestros amigos no se negaron a dar una mano", relató Lulú Vargas. Ahora se proponen construir al menos un ambiente a la casa. "Nos preocupa que vivan en tanta precariedad, no tienen baño, es doloroso". En cada visita tratan de llevar algo a los pequeños además de contener a los fatigados abuelos.A partir de la situación decidieron constituirse en fundación, probablemente así consigan más respuestas. El sábado organizan una venta de empanadas para juntar fondos para la vivienda de los abuelos. Los interesados en ayudar pueden comunicarse con María Alejandra Vargas al celular 3755-673946.
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