El Viaje del Héroe. El óctuple sendero del Yoga Clásico, expuesto por el sabio Patanjali, nos recuerda la trama de antiguos mitos como los de Gilgamesh, Jasón, Eneas, Odiseo, Hércules, Jonás o Percival, en los que un noble propósito, o un lugar u objeto especial que se quiere encontrar, impulsan al héroe a emprender un viaje.Jung lo incluye entre los arquetipos del inconsciente colectivo y Joseph Campbell describe tres etapas en ese viaje: partida, iniciación y regreso. La partida insta a nuestro héroe a abandonar la comodidad de la vida ordinaria. La segunda etapa se denomina iniciación porque, a modo de ritual, debe atravesar pruebas y dificultades para ratificar su voluntad de continuar en pos del objetivo. Logrado el mismo, debe emprender el regreso a casa, ya no como el ser ordinario que partió sino como un ser extraordinario que trae el tesoro de la sabiduría alcanzada para compartirlo y continuar una vida más integrada, porque el viaje es circular, pero en espiral ascendente y descendente. Compasivo y sabio, “se ve a sí mismo en todos los seres y a todos los seres en sí mismo”, dice el Bhagavad Gita.Los caballeros del Rey Arturo, a punto de ingresar en la Selva Oscura para buscar el Grial, “pensaron que sería infamante entrar en grupo. Así que cada uno entró a la selva por un lugar separado según su elección”. Allí debieron pasar severas pruebas y demostrar comportamiento ético, valor, nobleza y buen corazón. Finalmente Galahad, Bors y Percival pudieron aproximarse al Grial, mientras que otros, como Lancelot, no lo lograron debido a errores y fallas morales. El encuentro de Percival con el Rey Pescador en el Castillo del Grial fue un punto de inflexión en su vida, aprendió de sus errores, cruzó el umbral y completó la búsqueda. Luego el regreso lo devolvió transformado y en uso de un potencial interno que había ignorado.El Dr. Deepak Chopra también relaciona la descripción del viaje del héroe con el magistral “camino del autoconocimiento” que es el Yoga, cuando expresa que “la búsqueda de sí mismo es el gran ‘mito del héroe’ en cada uno de nosotros”. Y manifiesta que los obstáculos en este camino, cual dragones a vencer, son representados por los tres GRANTHIS, bloqueos o nudos psíquicos acumulados en la vida: el BRAHMA GRANTHI, en el centro inferior de la columna, caracterizado por egoísmo, negatividad, letargo, ignorancia, apego a los placeres físicos y al mundo material; el VISHNU GRANTHI, en el centro del corazón, albergando pasiones, ambiciones, hiperactividad y apegos emocionales; y el RUDRA GRANTHI, en el interior de la cabeza, evidenciando afán por los poderes psíquicos, ambición espiritual y fuerte ego. Vencer estos obstáculos conduce al “despertar de la consciencia pura” y a la búsqueda de “lo ‘sagrado’ en nosotros” (¿nuestro Grial?), en una “aventura interna para rescatar a la persona real y amorosa”, restando importancia “al personaje creado: frío, agresivo, descontento y dominador.” Porque “el lugar que hay que encontrar está dentro de ti” dice Campbell, y agrega: “Hay un centro de sosiego en ti que debes conocer y sostener. Es un estado de conciencia; no un lugar en alguna parte, como el Paraíso. Está aquí mismo, en medio del torbellino de la vida… pero te has liberado de las prisiones impuestas por el miedo, los deseos compulsivos y las ataduras mundanas”.En pequeña escala, en la colchoneta, en la hora de Yoga, aquí y ahora, en calma, hay algo así como una remembranza del viaje que susurra cuando iniciamos la práctica con humildad y entrega. Por eso, para “entrenar” a nuestro héroe, se debe anteponer al Yoga Real las etapas comunes a todos los tipos de Yoga: Yama y Niyama, Ásanas y relajación con Pranayama. Namasté.Colabora: Ana LabordeProfesora de Yoga [email protected]





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