Ramón Méndez es, junto a figuras como Isaco Abitbol, Tránsito Cocomarola, Tarragó Ros, Blas Martínez Riera y Ernesto Hugo Montiel, un fiel exponente del chamamé tradicional, ese mismo que se abrió paso en las marquesinas porteñas y se convirtió en un fenómeno popular de alcance internacional entre los años 50 y 60.Dueño de una técnica incontrastable, en la figura de Ramón Méndez se refleja ese presente con aroma a un pasado tan lejano como extrañado, el de los verdaderos compositores de chamamé.“Yo no estoy acostumbrado a entrar en la chacra ajena”, le dijo don Tránsito Cocomarola a un periodista una vez. “Yo no me estoy por poner el sombrero ni la ropa de otro para hacer gala, yo toco lo que produzco”. Y en las palabras del gran maestro se refleja la filosofía de este artista que aún hoy, a los 82 años (su Libreta de Enrolamiento certifica su nacimiento un 25 de mayo de 1933) le siguen pidiendo composiciones para los nuevos intérpretes.“El gobernador de Corrientes me dijo que me daba cualquier cosa, pero que por favor, no deje de escribir”, relata don Ramón. “Es que las nuevas generaciones son muy virtuosas, pero ya casi nadie compone obras nuevas”… Y es sólo cuestión de sentarse en las gradas de cualquier festival y los clásicos de antaño se repiten reversionados por artistas de la nuevas generaciones una y otra vez.
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