Una estructura impresionante, similar al de un estadio de fútbol, aunque de menores dimensiones, el sambódromo encarnaceno empieza a alistarse para sus carnavales 2016. Recorrerlo es también percibir su memoria.Las instalaciones poseen una planta baja que alberga al museo fotográfico permanente con gigantografías de sus carnavales del ayer, con material histórico conservado desde el desfile inaugural de 1906 y también recuerdos del desfile de carnaval durante la guerra del Chaco que, aunque fue austero, no se dejó de realizar.En la parte superior -en una de las manos- están los palcos que las autoridades gubernamentales y municipales que comparten con sus invitados especiales. El jurado, en tanto, aunque tiene sus puestos debidamente identificados, se dispersa entre las gradas para el público situadas en la mano de enfrente y en donde cada comparsa tiene su propio palco, porque acá “se vive en carnaval con el mismo espíritu que tienen las hinchadas de fútbol”, describió Victoriano Vázquez, jefe de la oficina de Desarrollo Urbano, orgulloso de sus carnavales el cual pese a tantas luchas y transformaciones, nunca perdieron el brillo y en la actualidad se disfrutan con un sambódromo del más alto nivel, y en cuyas alas, inclusive hay lugares para bailar antes, durante y después de los desfiles.“La relación playa-carnaval en verano es intensa. Las noches se vuelven días y así”, contó Vázquez sobre los días de fiesta carnestolenda. “Cuando el carnaval está a pleno esto se llena de un colorido impresionante. Además el baile no solamente está en las pistas, sino en las gradas, la gente participa muchísimo, los encarnacenos nos sentimos parte, acá nadie se sienta a mirar, aquí todos bailamos un poco, siempre dentro de un marco de mucho respeto”, agregó el funcionario. Los jurados tienen puestos fijos al inicio, en la mitad del recorrido y al final para que las comparsas no tengan que bailar sólo para ellos, sino que se esfuercen por lucirse en todo el trayecto. Fiesta familiar“Nuestro carnaval se caracteriza por ser un carnaval de familia, aquí las niñas que forman parte del cuerpo de baile tienen a sus madres detrás asistiendo, arreglando peinados, pasándole agua y más”. “Hay mucho fanatismo y siempre el resultado del jurado tiene algo para ser cuestionado”, río el funcionario “como en todas las competencias, todos quieren ganar, acá son cinco comparsas y las cinco quieren ganar. El sistema de puntajes es muy transparente, cada noche los miembros colocan los sobres en la urna inviolable y los puntos se cuentan en acto público ante escribana”, aclaro pese al “folclore” de dimes y directos sobre las calificaciones. “Pero bueno, al poco tiempo ya se olvidan de todo y se empiezan a preparar para llegar al primer lugar al año siguiente.





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