POSADAS. Tiene 35 años y se encamina a ser parte de la historia criminalística de Misiones. Lo consideran el primer asesino serial de la provincia y el hombre parece dar sustento a esa calificación. Días atrás sumó su segunda condena por homicidio y se encuentra seriamente comprometido en otros dos casos similares.Se trata de Marcelo Fabián Gómez, quien confesó haber asesinado a golpes al chipero Alcides Suárez (44) y arrojado su cuerpo al fondo de una letrina, atado y cubierto con una frazada.El crimen ocurrió en febrero de 2010 en una humilde vivienda ubicada en inmediaciones de las calles Las Flores y Cataratas del Iguazú, en jurisdicción del barrio Ñu Porá de Garupá.Un sobrino de Suárez, que llegó a la propiedad para cortar el pasto, encontró el cadáver en el fondo del pozo ciego, alrededor de las 15 del miércoles 17 de ese mes y año.Inmediatamente dio aviso a la Policí,a, que inició la investigación.Esta causa concluyó días atrás en el Tribunal Penal 1, donde Gómez, acompañado de su defensor, reconoció su responsabilidad penal en el hecho para acogerse a los beneficios de un juicio abreviado.La fiscal Liliana Mabel Picazo y la defensa acordaron finalmente un monto de 19 años de cárcel por el homicidio de Suárez, que se suma a una condena anterior por otro asesinato ocurrido en la localidad de Colonia Guaraní, el 6 de septiembre de 2009. La víctima fatal en este caso fue el peluquero Elio Scarban, quien fue blanco de al menos diez puñaladas (ver La confesión…).El perfil psicológico describe a Gómez como un criminal impiadoso y sanguinario. Eso sí, aquella premisa detectivesca de que “no existe crimen perfecto” es, valga la redundancia, perfectamente aplicable a él.No puede decirse que haya sido un criminal implacable. Dejó huellas de su macabro accionar y la contundencia de las pruebas recabadas por los investigadores lo llevó a confesar los dos primeros homicidios por los que fue declarado culpable.Gómez fue aprehendido poco después del brutal homicidio de la anciana Juana Ferreira, de 75 años, a la que ultimaron a golpes en el interior de su vivienda, situada en Ambrosetti casi Herrera de Posadas, a la vuelta de la comisaría seccional Tercera.Un canillita que le acercaba el diario todas las mañanas, encontró el cadáver el 30 de octubre de 2010.El caso es recordado porque la Policía, en un principio, informó que se habría tratado de una muerte accidental, por causas naturales. Sin embargo, con posterioridad, el informe médico forense corrigió el vergonzoso yerro investigativo y concluyó que las innumerables lesiones que presentaba la víctima eran compatibles con una fenomenal e impiadosa golpiza.Justamente el caso Ferreira es otro en los que este temible hombre de 35 años aparece implicado.La causa, al menos en aquel entonces, estaba en el Juzgado de Instrucción 3, a cargo del magistrado Fernando Luis Verón.No obstante, no es la única investigación en la que este hombre continúa vinculado. Gómez también está seriamente comprometido en la muerte de Anastasio Dos Santos, de 72 años, ultimado a golpes en 2010.El violento episodio se produjo en la localidad de Loreto y el cuerpo del septuagenario fue hallado semienterrado.Dicen que los criminales considerados asesinos seriales responden a un patrón de conducta, a una particular manera de matar. En estos casos, el asesino actuó con inusual violencia, a golpes o a puntazos. Y como si fuera poco, enterraba o lanzaba a pozos a las víctimas. La confesión de otro episodio macabroEn junio de 2012, Marcelo Fabián Gómez reconoció que mató al peluquero Elio Scarban en la localidad de Colonia Guaraní, muy cerca de Oberá.El estilista fue ejecutado de al menos una decena de puñaladas, el 6 de septiembre de 2009. Las lesiones se centraron en los brazos, piernas y pecho.El cuerpo fue arrastrado y semienterrado, razón por la que lo encontraron con posterioridad.La similitud de las circunstancias de muerte de Scarban y del chipero Alcides Suárez son varias, sobre todo por la ferocidad del ataque y la manera en que intentó deshacerse de los cadáveres.Eso sí, los elementos utilizados fueron diferentes: el peluquero murió como consecuencia de las heridas de arma blanca; el otro, a golpes.Pero la virulencia del ataque fue idéntica.Algo parecido ocurrió con los homicidios de Anastasio Dos Santos (72) y de Juana Ferreira (75), por sus edades y por la brutalidad con que resultaron ultimados.





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