WASHINGTON, Estados Unidos. (Agencias y diarios digitales). Estados Unidos volvió a escenificar su rol de “policía del mundo” ayer al denunciar “reinado del terror” impuesto por Moscú y los rebeldes separatistas prorrusos en Crimea y el este de Ucrania.Sucedió horas después de que el presidente Barack Obama impusiera nuevas sanciones contra funcionarios del Gobierno venezolano, denunciando la situación en Venezuela como una “amenaza a la seguridad nacional” de Estados Unidos, en un nuevo choque entre ambos países.Ayer, la jefa de la diplomacia estadounidense para Europa, Victoria Nuland, advirtió que “pese a que Ucrania construyó una nación pacífica, democrática e independiente sobre el 93% de su territorio, Crimea y el este de Ucrania están dominados por un reinado del terror”. La diplomática condenó “la ocupación ilegal” de Crimea y la “violencia y saqueos espantosos” que estarían siendo perpetrados por “Rusia y sus marionetas separatistas” en el este de Ucrania. Nuland, quien desde hace un año se muestra muy dura con Rusia respecto al conflicto con Ucrania, condenó también las “violaciones a los derechos humanos” en Crimea, anexionada por Moscú en marzo de 2014. “Este conflicto fabricado, controlado por el Kremlin, alimentado con tanques y armas pesadas rusas, financiado por los contribuyentes rusos, le ha costado la vida a más de 6.000 ucranianos pero también a cientos de jóvenes rusos enviados allá por el Kremlin para luchar y morir, en una guerra que el Gobierno niega”, agregó.El miércoles pasado, la diplomática aseguró ante una comisión del Congreso estadounidense que “miles y miles” de soldados rusos y sus equipamientos militares se encuentran en el este de Ucrania en apoyo a los separatistas prorrusos.Los países occidentales y el Gobierno ucraniano acusan a Rusia de apoyar militarmente a los separatistas, lo que Moscú desmiente.“Amenaza”En tanto, el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro tildó el decreto de Obama como el “paso más agresivo, injusto y nefasto que se haya dado contra Venezuela” y llamó “a consulta” a su principal representante en Washington, el encargado de negocios Maximilien Arveláiz.Obama prohibió la entrada a Estados Unidos y decretó el congelamiento de bienes y cuentas bancarias de siete funcionarios y exfuncionarios de instancias policiales, militares y judiciales, incluyendo el jefe de inteligencia Gustavo González.Pero las acciones no tendrán ningún “efecto directo” sobre el sector petrolero de Venezuela, país con las mayores reservas petrolíferas del mundo, dijo un alto funcionario estadounidense, bajo anonimato.La lista, que también incluye a Katherine Haringhton, una fiscal que ha acusado a dirigentes opositores, y el director de la Policía Nacional, Manuel Pérez, son sólo una “primera porción” de los funcionarios que se verán afectados por el decreto, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.“Estamos profundamente preocupados por los esfuerzos del Gobierno de Venezuela de intensificar la intimidación contra sus opositores”, señaló la Casa Blanca.Con estas acciones, Obama está implementando las sanciones aprobadas por el Congreso estadounidense el año pasado y que el propio mandatario, aunque reticente a una confrontación diplomática con Caracas, sancionó en diciembre.Pero esas dudas parecen haber quedado atrás con el tono agresivo de Obama en el decreto de este lunes, en el que el presidente calificó la situación venezolana como “una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política externa de Estados Unidos” y declaró “una emergencia nacional” para enfrentarla.Desde el punto de vista legal “a Obama no le quedaba más remedio que hacer uso de este lenguaje”, señaló Javier Corrales, profesor de Amherst College, en referencia a las disposiciones de la legislación firmada por el mandatario.Pero es una declaración “riesgosa” que ayuda al Gobierno venezolano a repetir sus acusaciones de que la crisis económica que enfrenta -escasez crónica y la mayor inflación de América Latina- es “producto del imperialismo” estadounidense, dijo Corrales a la AFP. Cuba y Unasur“Lo nuevo es el lenguaje, no en realidad las sanciones”, dijo a la AFP Erick Langer, del Center for Latin American Studies de Georgetown. Para Corrales “lo que ha pasado es que la presión del Congreso aumentó, la crisis en Venezuela empeoró, y Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) demostró ser inefectiva”.Un año después de impulsar unas infructuosas conversaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición, el organismo regional declaró reabierto el diálogo el sábado tras una visita a Caracas, frente a las dudas de la alianza opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática (MUD).Los funcionarios sancionados son señalados de haber participado en la represión contra manifestaciones antigubernamentales que dejaron 43 muertos en 2014 en Venezuela, así como en actos de corrupción, ataques a la libertad de expresión y “la persecución de oponentes políticos”, dijo la Casa Blanca. Las organizaciones de venezolanos en Miami (sureste) saludaron el anuncio, pero pidieron a Washington ampliar la lista para incluir a otros miembros del gobierno de Maduro.Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, calificó de “bastante dura” la declaración de Obama, mientras que el presidente de Bolivia, Evo Morales, estimó que detrás de la declaración de Obama se esconde la amenaza de una invasión a ese país sudamericano. Su par ecuatoriano, Rafael Correa, tildó de “broma de mal gusto” el decreto de Estados Unidos contra Venezuela. Deterioro de lazosLas medidas se inscriben en el rápido deterioro de las relaciones entre Washington y Caracas, que carecen de embajadores desde 2010 y han protagonizado sonados enfrentamientos diplomáticos desde la llegada al poder del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013).El Departamento de Estado restringió en febrero las visas de una cincuentena de funcionarios venezolanos, y Maduro respondió a fines de ese mes exigiendo la reducción del número de diplomáticos estadounidenses de su embajada en Caracas e implementando visas para turistas.Maduro, que propugna el “socialismo del siglo XXI” implementado por Chávez,
acusa a Estados Unidos -principal comprador de petróleo venezolano- de involucrarse en supuestas conspiraciones y planes golpistas y magnicidas contra su gobierno.En los últimos días, el alcalde metropolitano de Caracas, el opositor Antonio Ledezma, fue detenido y acusado, por órdenes de Haringhton, de promover un golpe de Estado. Al respecto, Washington reiteró este lunes el llamado a Maduro de liberar a Ledezma y otros políticos opositores, señalando que “los problemas de Venezuela no se resuelven a través de la criminalización del disenso”. De qué se trataA menudo se dice que Estados Unidos se convirtió en la “policía del mundo”, una especie de tutor mundial que marca el camino a el resto de los actores de la escena global. Así, todos los demás estados deben acatar y obedecer los dictámenes que surgen desde la Casa Blanca y el Pentágono. Washington se convierte entonces en una especie de oráculo universal que ordena la forma en la que debe funcionar el mundo.El “Tío Sam”, entendido como la personificación nacional de los Estados Unidos y, específicamente, del Gobierno estadounidense, es el encargado de dictaminar quienes pueden comerciar con los países de su agrado y quienes no, cual Estado es bueno y cual es malo, terrorista o enemigo. Bajo esa premisa, a lo largo de la historia Washington se fue convirtiendo en la capital del mundo. Desde allí se implementan las políticas económicas, internacionales (y hasta culturales) que deberán poner en marcha los gobiernos de turno.





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