DONESTK, Ucrania (AFP-NA). La violencia imperaba ayer en el este separatista prorruso de Ucrania, pese a los acuerdos de paz suscritos la víspera en Minsk y las amenazas occidentales de más sanciones contra Rusia si no se detiene el conflicto. Las autoridades rebeldes indicaron que los bombardeos contra su feudo de Lugansk, en la noche del jueves al viernes, causaron la muerte a tres civiles. Por su parte, según Kiev, ocho de sus soldados perecieron en las últimas 24 horas.Se trata de las primeras víctimas desde que los rebeldes y el Gobierno de Kiev acordaran el jueves un plan de paz en Minsk, en presencia de los dirigentes de la propia Ucrania, y de Rusia, Francia y Alemania.El plan prevé un alto el fuego desde el domingo, y la posterior retirada de armas pesadas por parte de ambos contendientes.El frágil acuerdo -la canciller alemana Angela Merkel dijo que “no se hacía ilusión” al respecto- podría poner fin a diez meses de conflicto en el este del país, que ha dejado 5.480 muertos, y provocado tensiones entre Rusia y Occidente inéditas desde el fin de la Guerra Fría.Kiev y los países occidentales acusan a Rusia de alentar la subversión de los rebeldes del este, suministrándoles armas y tropas. Moscú rechaza esas acusaciones.El jueves por la noche, tras la cumbre europea de Bruselas, Merkel advirtió que la Unión Europea podría adoptar más sanciones contra Rusia, si el alto el fuego no es respetado en Ucrania.“Si (la tregua) funciona, estaremos muy contentos con el acuerdo. Pero si hay dificultades, no descartamos otras sanciones”, dijo la canciller.Tal es asimismo la posición del presidente francés François Hollande, que participó en las 17 horas de negociaciones de Minsk, junto a sus homólogos ruso, Vladimir Putin, y ucraniano Petro Poroshenko.Si el alto el fuego no se respeta, “volveremos al proceso (…) de sanciones, que se añadirán a las ya aplicadas”, aseguró.No obstante, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó este viernes que Rusia quería establecer un alto el fuego “inmediato” y no desde el domingo 15, fecha elegida finalmente bajo presión de los representantes de los separatistas en Minsk. Combates en ciudad claveEn el campo de batalla, fuentes militares ucranianas indicaron este viernes que se libraron combates en torno a la estratégica ciudad de Debaltseve, donde los separatistas prorrusos aseguran haber “rodeado” a miles de soldados ucranianos, algo que Kiev niega.Esta ciudad se halla a medio camino entre los feudos rebeldes de Donetsk y Lugansk en el este del país. El jueves, Putin había llamado a los soldados ucranianos rodeados en Debaltseve a “deponer sus armas” para que el alto el fuego acordado en Minsk pudiera entrar en vigor el domingo.Además, durante las negociaciones de Minsk, el Gobierno de Kiev acusó a Rusia de desplegar 50 tanques en el este de Ucrania, reduciendo aún más la confianza que suscita Moscú entre los demás países europeos.“Nuestra confianza en la buena voluntad del presidente Putin es limitada, por eso debemos mantener nuestra determinación sobre las sanciones”, dijo el jueves el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.Por su parte, Estados Unidos también le dio una cauta “bienvenida” al acuerdo de cese el fuego firmado en Minsk pero advirtió que debe concretarse en el terreno.La Casa Blanca dijo que ahora Rusia debe “poner fin a su apoyo a los separatistas y retirar sus soldados y equipos militares del este de Ucrania”.Los expertos tampoco son nada optimistas sobre los acuerdos de Minsk, que “tienen todas las posibilidades de fracasar en los próximos meses, y hay que esperar este año una escalada de la violencia y un endurecimiento de las sanciones”, escribe Eurasia Group en una nota de análisis.“El acuerdo está lleno de agujeros y plantea muchos interrogantes sobre su aplicación”, coincide Eugene Rumer, director del programa sobre Rusia para el grupo Carnegie Endowment for International Peace.Una paz inciertaEl acuerdo de alto el fuego en Ucrania, firmado el jueves en Minsk tras intensas negociaciones entre los dirigentes alemán, francés, ucraniano y ruso, trae alivio a este país devastado por un conflicto sangriento, aunque una paz duradera aún es incierta, según los europeos.“La negociación ha sido muy difícil y no esperamos que la puesta en marcha del proceso sea fácil”, declaró el ucraniano Poroshenko, que participó en una cumbre de dirigentes europeos en Bruselas, donde Ucrania y Grecia fueron los temas principales.Este “acuerdo sobre lo esencial” anunciado por el ruso Putin “no garantiza un éxito duradero”, coincidió el mandatario francés, François Hollande, mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó que aún existían “grandes obstáculos” para la paz en el este de Ucrania.La región lleva diez meses inmersa en un conflicto que ha dejado más de 5.300 muertos y ha conducido a una confrontación entre Moscú y los occidentales, inédita desde la Guerra Fría.Estados Unidos “celebró” el pacto, pidiendo que haya “medidas inmediatas y concretas para que todas las partes cumplan sus compromisos”.Firmado por los separatistas rusos y Kiev, el acuerdo retoma las grandes líneas del documento firmado también en Minsk el pasado septiembre: prevé un alto el fuego a partir del domingo, y la retirada de beligerantes y de armas pesadas, creando una zona tapón de entre 50 y 140 kilómetros en torno a la línea del frente.Asimismo, prevé la puesta en marcha de una nueva Constitución antes de 2016 que incluya una “descentralización” de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en concierto con los representantes de esas zonas.Logrado después de 16 horas de negociaciones entre Putin, Poroshenko, Merkel y Hollande, el acuerdo evita, a corto plazo, un endurecimiento de las sanciones occidentales contra Rusia, y compromete la perspectiva de entrega de armas estadounidenses a Kiev, pero no soluciona definitivamente el conflicto, según los analistas.El ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, celebró un “paso adelante que nos aleja de una espiral de escalada militar”, si bien aún no es momento de “euforia”.El acuerdo “es un paso en la buena dirección, aunque no lo arreglará todo”, reaccionó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.Según el Gobierno de Kiev, durante la cumbre de Minsk, medio centenar de tanques, así como material pesado, ingresaron en territorio ucraniano desde Rusia.“Debemos ser muy claros con Vladimir Putin, que debe saber que las sanciones no serán retiradas a menos que cambie de actitud”, insistió el pr
imer ministro británico David Cameron.Los dirigentes separatistas consideraron que el acuerdo puede hacer esperar una “solución pacífica” del conflicto, aunque la retirada de las armas pesadas “podría llevar más de dos o tres días”, advirtió Andrei Purguin, alto representante de los separatistas de Donetsk.Aunque el nuevo acuerdo no se diferencia demasiado del alcanzado en septiembre, el hecho de que haya sido avalado oficialmente al más alto nivel con una “declaración de apoyo” le confiere un peso mucho mayor.En ese contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que concedería a Ucrania, cuya economía roza la quiebra, un nuevo préstamos de 17.500 millones de dólares a lo largo de cuatro años, a cambio de reformas.El encuentro en Bielorrusia fue organizado al término de una semana de negociaciones diplomáticas maratonianas, a iniciativa de los dirigentes francés y alemana, que el pasado lunes viajaron a Kiev y a Moscú para presentar un plan de paz “de la última oportunidad”.Antes de la cumbre, los soldados ucranianos y los rebeldes habían intensificado los combates en el terreno para llegar en una posición de fuerza a las negociaciones: solo entre el martes y el miércoles murieron 49 personas.“Espero que sea un verdadero alto el fuego. Hace tres semanas que no salgo de casa, de tanto miedo que tengo. Hoy he salido después de ver en internet que se había firmado un acuerdo”, contaba Elena Ivachova, habitante del feudo rebelde de Donetsk.





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