POSADAS. María Helena, “La Novia de Posadas”, Tamara Castro, Los Tucu Tucu, Pachón Lira, Andrés Cavia y Juanjo Diéguez. Artesanos del folklore argentino que además de la música tienen en común el haber fallecido en las rutas del país, y muchos de ellos a muy temprana edad (entre 30 y 40 años). La tragedia truncó sus vidas y la de sus familias. A pocos días de finalizada la 45ª edición del Festival Nacional de la Música del Litoral, fiesta popular en que varios de ellos han participado, los recordamos. Y también traemos a la memoria el trágico despiste del colectivo en que viajaba el grupo correntino Reencuentro en 1989; a los míticos Rodrigo y Gilda; a Adrián Otero líder de Memphis La Blusera; a Pappo el Carpo Napolitano, quien murió a bordo de su moto en las rutas de Buenos Aires. Y recordamos a Hernán Figueroa Reyes, del grupo Los Huanca Huá fallecido a los 36 años; a Jorge Cafrune, quien fue atropellado en 1978 por un auto cuando viajaba a caballo trayendo tierra francesa a Yapeyú (Corrientes); a Tavo Kupinski, guitarrista de Los Piojos, quien murió al chocar con su auto en que iba con su familia. También murió su esposa y su hija menor, Bianca. Sólo sobrevivió Lara, que hoy tiene seis años. Estos son sólo algunos de los artistas que murieron en las rutas. La lista crece. Es que viajar es parte inescindible del quehacer de los músicos que suben a escenarios de todo el país. Para cuidar sus vidas y las propias, una vez más llamamos a la reflexión a la comunidad. Reiteramos el pedido de respeto por las velocidades máximas en ruta (en ningún caso se puede superar los 30 Km/h y las líneas amarillas, fundamental para poder llegar a destino.Se fueron en Reyes Pachón Lira (33), Juanjo Diéguez (30) y Andrés Cavia (39), músicos posadeños fallecieron en un brutal choque el 6 de enero de 2011. Fue sobre la ruta nacional 14, cerca del acceso a Gobernador Virasoro (Corrientes). Se dirigían a Santo Tomé, para participar de un ensayo general con la comparsa Itapema en vista a los carnavales que se realizaban en febrero de ese año.Pachón había sido ovacionado meses atrás en el 41º Festival del Litoral. Grabó sus últimos acordes en “Alma guaraní” junto a “Patito” García, dos días antes de la tragedia. Cavia, un reconocido bajista, tocó en la Orquesta Folclórica Municipal, Fabián Meza y la Cortada, Duende Trío, Mariachi Tequila y Batería Legal. Juanjo, integró Comunes y Ocurrentes y fue parte de Batería Legal donde deleitaba con su impecable pronunciación en portugués. El juego de la vidaPor Lara [email protected] Vas manejando por la ruta y aparece un cartel: máxima 30, zona urbanizada. Parecería una obviedad tener que señalar que ese cartel no brotó de la nada como si fuera un arbolito. Pero bien vale recordar que fue colocado allí para advertir que en esa zona hay un vecindario y hay personas que van a pie o cruzan la ruta para pasar a un lado u otro del pueblo. Es por su seguridad y por la de quien va en el auto, que se debe bajar la velocidad. En muchos casos, el simple hecho de cruzar la ruta para ir a la escuela, ha significado que un niño muera atropellado. Hecho lamentable si los hay porque con esta joven vida que se va, hay toda una familia destruida que se queda.Las líneas amarillas son otro gran invento en la señalización de tránsito. Se las encuentra en las zonas de curvas o de subidas. Indican que no se puede adelantar por una cuestión lógica: como no podemos ver si de frente viene otro vehículo, sería un gran riesgo largarse a cruzar, porque en caso de que venga, las maniobras que haga el otro o que hagamos nosotros por esquivarnos pueden ser fatales. Mejor prevenir. Para eso están las dobles líneas amarillas. Para pintarlas, hubo todo un equipo de especialistas viales analizando tramo a tramo cada ruta. Al igual que los carteles, las líneas son de máxima utilidad y sobre todo de noche, porque avisan lo que nos encontraremos más adelante, si una curva cerrada, si una doble trocha, si una vía, y de ese modo nos advierten sobre lo que debemos o no debemos hacer. Mientras usamos las rutas tenemos derecho a estar informados sobre lo que viene y los posibles peligros. También tenemos la simple obligación de respetar estas señales como si fueran las reglas de un gran juego de la vida.
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