OBERÁ. La mujer le dijo a los efectivos que, al momento de ser asaltada, reconoció la voz, pero optó por no decirle nada al delincuente por temor a que la golpiza sea peor. Cuando el sujeto se marchó de su casa, la víctima le contó a la Policía sobre quién cargaba sus sospechas y entonces los uniformados procedieron a detener al vecino de la víctima, ni más ni menos. Cuando era esposado y trasladado al calabozo, el presunto ladrón habría brindado una versión tan inverosímil como autoincriminatoria: “Me debe y le fui a cobrar”, según confió un vocero del caso. Lo cierto es que ahora el acusado, de 49 años, deberá responder ante la Justicia y mantenerse, o no, en sus dichos, teniendo en cuenta que toda declaración en sede policial debe ser ratificada luego ante el juez de la causa. De acuerdo al reporte oficial, el hecho fue perpetrado ayer a las 8.45 en una vivienda situada en inmediaciones de las calles Dos de Mayo y Japón, en el casco céntrico obereño. La denunciante, de 62 años y pensionada, relató a los investigadores que a esa hora irrumpió en su domicilio un sujeto con el rostro cubierto. El intruso la sorprendió en su habitación. Llevaba un pasamontañas improvisado con una remera de color blanco. En todo momento le exigió a la atemorizada víctima que le “entregue el dinero”, pero la infortunada mujer no tenía nada para darle. Esto al parecer enfureció al malandra, quien la golpeó cobardemente, ocasionándole lesiones en el rostro y en el cráneo. Ante los gritos y la resistencia que opuso la sexagenaria, el ladrón se dio a la fuga. No obstante, la mujer reconoció la voz y le pareció muy similar a la del vecino, indicó un portavoz del caso. Con este dato, personal de la comisaría Primera -dependiente de la Unidad Regional II de Oberá- se dirigió a la casa del sospechoso y procedió a detenerlo en averiguación del hecho. En esas circunstancias, el acusado habría dado su versión a los efectivos, que fue como admitir su culpabilidad. Los peritos de la División Criminalística de la mencionada unidad efectuaron las pericias de rigor en la escena del salvaje episodio. La pensionada, en tanto, fue asistida en el hospital Samic y, tras recuperarse de las lesiones y ser dada de alta, alrededor de las 18 de ayer, amplió su denuncia, dando cuenta de que el peligroso individuo también intentó someterla sexualmente. No conforme con todas las agresiones físicas que le ocasionó a la mujer, también trascendió durante la ampliación de denuncia que el malandra la amenazó de muerte, tal vez pensando que en algún momento la pensionada iba a reconocerlo, como finalmente sucedió, precisó la misma fuente. En un primer momento la víctima manifestó que el hombre había intentado sustraerle elementos de su casa y le exigía dinero, pero ahora la investigación se realiza bajo la carátula preventiva de “lesiones y amenazas”. Se supo que el acusado también es pensionado y que en las próximas horas será trasladado a sede judicial para dar su versión de los hechos, aunque puede optar por su derecho de abstenerse. Interviene en la causa la citada seccional, con intervención del Juzgado de Instrucción 1 de esa ciudad.
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