En alusión a la celebración del Día de la Independencia, cuyo acto central se llevó a cabo en Tucumán el pasado miércoles 9 de julio, coincidiendo con el partido de Argentina y Holanda, la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Iglesia Católica exhortó este viernes a entablar una “discusión profunda y honesta” del país por construir y advirtió la necesidad de trabajar por “la reconciliación, el respeto por la ley y la amistad social”.Algunos tramos del documento, como al remarcar la necesidad de “reconocer y respetar como amigo al vecino, al opositor político, al policía y al rival deportivo, incluyendo a todos y muy especialmente a los más pobres y vulnerables”, dejaron ver que la preocupación por la situación social y el momento político que vive el país se extiende a toda una cultura de confrontación y antinomias irreversibles, que no sólo impregna nuestra historia política. Con todo el país expectante y atento a la posibilidad de ganar una nueva Copa del Mundo nada menos que en tierra brasileña, y mientras decenas de miles de hinchas argentinos viven la experiencia en directo en ese país, la política parece un delgado telón de fondo opacado por un acontecimiento de un valor unitivo excepcional.Sea cual fuere el resultado del partido de hoy, el sentimiento de unidad y pertenencia que moviliza el Mundial dará lugar rápidamente a los conflictos habituales de una sociedad tensionada y en confrontación en muchos campos, y portadora de una reconocida tendencia a generar antinomias exacerbadas que evitan, muchas veces con costos siderales en términos de integración y bienestar social, estabilizar un rumbo político y un proyecto común.No hace falta mencionar el caso histórico de la “Guerra del fútbol” entre Honduras y El Salvador en 1970 para entender los lazos que anudan, desde la cultura, a manifestaciones tan distintas como la política y el fútbol; normalmente separadas una de la otra, pero entretejidas sutilmente en un día como el de hoy, donde, curiosamente, a través del fútbol la unidad nacional es sinónimo de pasión. No es exagerado decir, en este contexto, que cosas como la realización del Mundial en Brasil y la posibilidad de disfrutarlo en paz son una expresión de la finalidad de la política, que en el fondo trata del buen vivir y el bienestar de toda la comunidad, y no de las ambiciones y rencillas de una élite dirigencial. El presidente de Uruguay, “Pepe” Mujica, reconocido mundialmente por su proverbial bonhomía y su capacidad única para reflejar al ser humano en el traje de gobernante, definió con claridad la unidad de política y futbolística en este momento particular, no sólo porque se juega un Mundial, sino por el desafío histórico que enfrenta la región.Un hincha especial Mujica dijo este viernes que, a pesar de los problemas aduaneros y comerciales con Argentina, “no puedo dejar de confesar que, como hincha, le deseo la mejor suerte a los argentinos”. Admitió, no obstante, que “hay muchos uruguayos calientes por la cuestión del puerto, de los líos, las papeleras, por todo. Entiendo a esos uruguayos, pero hay cosas más hondas”, afirmó el mandatario, aprovechando para despacharse en una mini lección de historia con su estilo campechano: “No confundamos el puerto de Buenos Aires, su natural defensa, natural egoísmo que también acogota a las provincias argentinas. Argentina es mucho más que el puerto. Y desde ese punto de vista es parte de nuestra querida América”. Coincidentemente, el día después del Mundial se realizará en Fortaleza, en el nordeste brasileño, la conferencia de los BRICS, el grupo de países emergentes que sugiere un nuevo orden mundial. La invitación a la presidenta Cristina Kirchner, en representación de Argentina, resulta una señal importante al coincidir con el conflicto con los fondos buitres y atendiendo a que el tema central de la conferencia es la discusión de propuestas concretas para la puesta en marcha de una arquitectura financiera alternativa a los centros tradicionales del poder financiero. Ausencia significativaPor la enfermedad que la aqueja, en tanto, la Presidenta no pudo estar en la celebración del 9 de Julio, en la que sí se hizo presente el vicepresidente Boudou; a pesar de que su condición de procesado por sospechas de tráfico de influencias lo debería convencer, a esta altura, de que su protagonismo no aporta, ni en lo institucional ni en lo político. Algo así le quiso decir la cara del ministro Randazzo, en el acto de referencia, dando a entender con el frío tratamiento que al Gobierno kirchnerista ya le quema la mano del vice y no lo sostendrá hasta un oscuro final anunciado en la Justicia. Al día siguiente, la ausencia de Boudou en la reunión del Senado en que se aprobó un proyecto de interés supremo para el Ejecutivo, vinculado a su pelea con los fondos buitres, hoy por hoy la final que más le preocupa definir, mostró que aunque no haga una autocrítica en regla, el Gobierno ya no sabe dónde colocar al funcionario para evitar seguir pagando el alto costo político que le significa protegerlo “in límine”, como ha hecho hasta ahora. Recambio palaciegoLejos de las tensiones de Brasil y aprovechando la ausencia del socio en el poder, el gobernador Maurice Closs concretó este viernes, tras semanas de cabildeos y versiones, el primero de una serie anunciada de retoques “obligados” en su gabinete. La sustitución del cuestionado ministro del Agro y la Producción, Néstor Ortega, era esperada, pero igual sorprendió por la oportunidad, ya que se creía que, ante la ausencia de Carlos Rovira -presuntamente fuera de la provincia pero no en el Mundial-, Closs esperaría a su regreso para consensuar los cambios, evitando cortocircuitos en una situación interna potencialmente inflamable. El nuevo ministro, el tres veces intendente de Dos de Mayo José Luis Garay, tiene buen concepto y ninguna tacha visible por hechos o sospechas de corrupción, como sí ocurre con su antecesor; y como ingeniero, es considerado una opción progresiva de recambio en la cartera agraria. El principal papiro del nuevo funcionario, sin embargo, no es su perfil profesional, sino la sintonía política y personal con Closs. “Garay es más clossista que Closs”, calificó un allegado al intendente que asumirá mañana como ministro, al ser consultado por un sitio digital misionero. Considerado uno de los intendentes más “mimados” con
envíos de recursos durante toda la gestión de Closs, Garay se vincula con el Gobernador, además, por su hermano José Daniel, presidente de la Cooperativa de Electricidad de Aristóbulo (Cainguás) y de la Cámara Misionera de Empresas de la Construcción y Afines. Su empresa fue una de las más beneficiadas con la obra pública en los últimos años. José Daniel está muy fuertemente vinculado al extitular de Emsa, Héctor López Ricci, hoy operador del clossismo. La buena imagen de Garay, en comparación al desgaste acumulado por su antecesor -que en los últimos tiempos habría perdido todo apoyo en el Gobierno-, auguran un inicio de gestión con viento a favor; aunque a partir del anuncio de que su primera gestión será en Buenos Aires a favor de los tabacaleros, ya se expresaron reparos. Una fuente de la propia renovación destacó que el recambio no traería mejoras para los tabacaleros -ni ayudaría a aclarar el escándalo con los millones “evaporados” correspondientes a los fondos para los daños causados por el granizo- dada la cercanía del nuevo ministro con la dirigencia tabacalera. La incógnita a despejar, en tanto, estriba en saber si Closs se contentará con este recambio o avanzará sobre otras carteras o cargos subalternos sin esperar el regreso del conductor de la renovación. Fuentes vinculadas al armado clossista sostuvieron ayer que hay dos ministros, por lo menos, que no llegan a fin de mes. En esa fecha, se espera no sólo el retorno de Rovira a sus funciones a nivel provincial, sino que la política nacional en general cobrará una nueva dinámica tras el obligado entretiempo que impone la pasión mundialista. En el radicalismo, la presentación de las listas abrió el juego para la interna del 24 de agosto no sin conflictos. El titular del Comité Provincia, Hernán Damiani, que aspira a la reelección, recibe cuestionamientos por haber digitado a su antojo la lista del sector que lleva al diputado Gustavo González como candidato, y por ello se enfrentó a una jugada de la Juventud Radical, liderada por el treintañero “Pepe” Pianesi, que presentó candidatos propios para diputados, en signo de protesta. Desde la otra lista critican que Damiani “hizo una lista para cumplir con sus amigos, no para llegar al poder”.





Discussion about this post