WASHINGTON, Estados Unidos (AFP-NA). Estados Unidos se ve nueva e involuntariamente arrastrado a las cenizas humeantes de la guerra de Irak en medio de acusaciones de que su falta de intervención en Siria ayudó al ascenso de los yihadistas, que ahora se acercan a Bagdad.Más de una década después de la invasión de Irak y casi tres años después de que las últimas tropas estadounidenses se retiraran, Washington ha quedado relegada en un segundo plano mientras veía colapsar a las fuerzas iraquíes ante la embestida sorpresa de esta semana de los combatientes del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).Desde 2003, Estados Unidos puso más de 25.000 millones de dólares para entrenar y equipar al ejército iraquí, e incluso la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, admitió que hubo “una clara ruptura estructural” en las fuerzas de seguridad.Ahora, con Bagdad en la mira del EIIL en su lucha por establecer un califato islámico desde Líbano hasta las montañas de Zagros en Irán, Washington promete aumentar la ayuda militar.El gobierno de Barack Obama incluso estudia una petición de Irak de realizar ataques con drones, algo que había rechazado reiteradamente.Un pedido de ayuda militar adicional de 1.000 millones de dólares, que incluye aviones y 200 vehículos Humvee, ya está a estudio de los legisladores estadounidenses.Sin embargo, está fuera de discusión que Obama -que en su campaña electoral de 2008 prometió poner fin a las guerras en Irak y Afganistán- vuelva a enviar tropas a los campos de batalla donde murieron unos 4.500 soldados.“El EIIL puede sin duda seguir expandiéndose; la pregunta es cuándo encontrarán un obstáculo”, dijo a la AFP Michael Rubin, del American Enterprise Institute.Tanto los servicios de inteligencia de EEUU como las autoridades iraquíes se vieron tomadas “por sorpresa”, comentó Rubin, quien añadió que “nadie vio venir a esta insurgencia con esta velocidad”.Mientras la Casa Blanca discute y evalúa la crisis, la opción más fácil a la que se enfrenta Obama es el envío de asesores militares.“La siguiente (opción) sería brindar algún tipo de capacidad aérea con drones u otros aviones. Pero hay algunos inconvenientes políticos… la imagen de Estados Unidos bombardeando árabes no sería una buena imagen”. Ejecuciones de soldados Los insurgentes del Ejército Islámico en Irak y el Levante (EIIL) se han jactado de haber “ejecutado” a 1.700 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes. El anuncio, a través de una cuenta de Twitter ya clausurada, se respaldaba con una serie de horripilantes fotografías en las que puede verse milicianos de ese grupo disparando a decenas de hombres con las manos atadas a la espalda y rostros aterrados. “La brumosa máquina de guerra”El exanalista de inteligencia en Irak, Chelsea Manning, encarcelado por su responsabilidad en la mayor fuga de documentos secretos de la historia de Estados Unidos, rompió ayer su silencio y acusó a Washington de seguir mintiendo sobre Irak.“Cuando Irak ingresa en una guerra civil y Estados Unidos contempla de nuevo intervenir, ese trabajo inacabado confiere nueva urgencia a la pregunta de si las Fuerzas Armadas estadounidenses controlan la cobertura mediática de su involucramiento de largo plazo allí y en Afganistán”, destacó.Chelsea Manning, antes llamado Bradley de nombre de pila, condenado a 35 años de cárcel por una corte marcial por la entrega de 700.000 documentos confidenciales, se expresa en una artículo publicado el domingo por The New York Times, titulado “La brumosa máquina de guerra”.“Creo que los límites actuales de la libertad de prensa y el pesado velo de secreto del Gobierno impiden que los estadounidenses conozcan plenamente lo que pasa en las guerras que financian”, escribe al detenido.“Sé que con mis actos he violado la ley. Sin embargo, las preocupaciones que entonces me guiaron siguen sin ser superadas”, escribe Manning, detenido en Fort Leavenworth, Kansas.Manning, quien adoptó oficialmente el nombre de pila Chelsea y demanda un tratamiento hormonal para cambiar de sexo, fue declarado culpable en agosto de 2013 de haber transmitido al sitio WikiLeaks centenares de miles de documentos diplomáticos y militares, que el sitio terminó publicando.Cuando el presidente Barack Obama anunció esta semana que estaba considerando “todas las opciones” para impedir el avance de los yihadistas en Irak, el exanalista de inteligencia militar en ese país arremetió contra el limitado acceso de los ciudadanos a los hechos, “dejándolos así sin posibilidades de evaluar la conducta de sus dirigentes”.En relación con la descripción por Washington de la elección de 2010 en Irak como un “éxito”, Manning explica que “aquellos que estaban estacionados en ese país eran totalmente conscientes de una realidad más compleja” que la que presentaban oficialmente.“Me chocó la complicidad de nuestras Fuerzas Armadas con la corrupción de la elección. No obstante, esos detalles profundamente inquietantes desaparecieron de los radares de los medios estadounidenses. ¿Cómo los que toman decisiones al más alto nivel pueden afirmar que la opinión pública estadounidense e incluso el Congreso apoyan el conflicto cuando no han dispuesto de la mitad de la información?”, escribe Manning, quien precisa que nunca vio más de doce periodistas estadounidenses acreditados en Irak.





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