SAN VICENTE. Hasta ayer por la tarde, ni autoridades municipales ni provinciales se habían acercado con ayuda para los desesperados colonos que el viernes último por la noche fueron víctimas de un tornado que afectó a una zona de este municipio. Por otra parte, los tres heridos con golpes y magulladuras fueron dados de alta el sábado por la mañana del hospital de San Vicente.Ya pasaron más de 48 horas desde que el temporal de viento y lluvia destruyera casi medio centenar de viviendas de la colonia Milagro, ubicada a la altura del Kilómetro 1.250 y a unos ocho kilómetros de la ruta nacional 14, y nadie se acercó con ayuda para la reconstrucción de las casas ni la reposición de alimentos, ropas y medicamentos perdidos. Los damnificados, quienes esperan la ayuda de la sociedad para reconstruir sus casas, son más de cincuenta, cuyas viviendas fueron destruidas por completo. Se supo que los colonos que intentan reconstruir sus hogares por sus propios medios necesitan colaboración para que le acerquen tablas, clavos, colchones, ropas, alimentos y materiales de construcción.El tornado que causó daños totales a una veintena de casas se desplazó en forma paralela a unos ocho kilómetros de la ruta 14, desde el Kilómetro 1.246 hasta el 1.251. Tuvo un frente de tormenta de unos 200 metros y en su recorrido de más de diez kilómetros dañó parcialmente a más de un centenar de viviendas. Los lugareños admiten que el tornado agarró una esquina de una pequeña villa de peones rurales y colonos que hay a ocho kilómetros de la ruta y por eso el desastre no fue mayor. “Pudo haber sido una tragedia, no estamos preparados para esto”, dijeron los damnificados que fueron atendidos en el hospital local.El meteorólogo aficionado Marcelo Kusik había adelantado durante toda la tarde del viernes la posibilidad de un evento severo. Cada vez que se acercaba más la noche, iba achicando la zona de desastre. Por ultimo la brecha se había cerrado en la parte de la zona central de la provincia. Finalmente el tornado de una intensidad F2, con vientos de unos 250 kilómetros por hora y con forma de embudo, cayó en una zona rural con poca población, pero los que recibieron el embate sufrieron el desastre. Kusik adelantó que durante este invierno pueden darse más eventos severos como este, ya que “en abril no es un mes típico, pero se dio. Eso nos indica que puede volver a darse”, afirmó.





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