LA HABANA, Cuba (Medios Digitales). Nadie se olvidó de levantar la mano. Los más de 600 diputados de la Asamblea Nacional cubana votaron, de manera unánime, para aprobar la nueva ley de inversiones extranjeras, una medida con la que el gobierno de Raúl Castro aspira a obtener 2.500 millones de dólares al año para activar la deprimidísima economía de la isla.La votación de los capitales extranjeros era el principal punto de la agenda del pleno extraordinario de la Asamblea, al que asistieron Raúl y otros dirigentes del Partido Comunista. Era la primera sesión extraordinaria en cuatro años del Parlamento y fue convocada especialmente para sustituir una norma dictada por Fidel Castro en 1995, durante la peor fase de la crisis económica de Cuba, tras el colapso del sostén soviético.Cuba “necesita de 2.000 a 2.500 millones de dólares anuales de inversión extranjera directa para llevar adelante su modelo socioeconómico socialista”, dijo el jefe de la comisión de reformas de mercado, Marino Murillo, citado por medios locales. En una muestra de que los cambios en la isla se limitan a la economía, mientras se votaba el ingreso de capitales la prensa internacional no tuvo acceso al recinto.En su intervención ante la Asamblea Nacional, Murillo dijo que Cuba necesita la inversión extranjera para incrementar el crecimiento de su PBI y la acumulación de capital. La meta es alcanzar tasas de crecimiento del orden de 6 a 8%, para lo cual las inversiones deben crecer a una tasa de 25 o 35%, muy por encima de la de 4,4% de 2013.La nueva ley es considerada “estratégica” y “trascendental” por el Gobierno para impulsar el desarrollo mediante la diversificación y ampliación de los mercados de exportación, el acceso a tecnologías avanzadas y la sustitución de importaciones. “Si no crece la economía a niveles de alrededor del 7% […] no vamos a podernos desarrollar”, dijo el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca.Castro reconoció semanas atrás que el país tiene una “imperiosa necesidad” de captar fondos frescos, debido al déficit de inversiones que afecta en particular a la agricultura, agujero negro de la economía cubana, así como a otros sectores.En los últimos años los cubanos fueron autorizados a abrir pequeños negocios privados, en un esfuerzo por reducir el peso del Estado. También estaba en vigor la ley de inversiones extranjeras promovida por Fidel, de alcance más limitado.





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