POSADAS. El precio de la carne es uno de los temas económicos calientes en la actualidad. Pero a diferencia de lo que sucede en Buenos Aires, donde está flotando la promesa de que bajará, en esta ciudad ya anticiparon hace unos días que seguirá la escalada. No obstante, la esperanza del comprador es que se abarate, aunque no hay muchos antecedentes alentadores en este sentido.PRIMERA EDICIÓN recorrió distintas carnicerías para comparar cuánto cuesta comprar el alimento, básico para los argentinos, y se encontró con una disparidad de precios. Con pocas cuadras de distancia, uno puede encontrarse con una diferencia importante. También que de un día a otro, sin mucho anuncio, haya cortes que trepen unos pesos.La costilla, la principal elegida a la hora de los asados, cuesta entre 75 y 80 pesos el kilo en los supermercados del microcentro. Sin salir de las cuatro avenidas, en el local de una tradicional cooperativa, alcanza los 62. En la carnicería ubicada en el acceso al Mercado Central, hay ofertas del corte que no llegan a los 30 pesos el kilo. Por su parte, en el Mercado Concentrador, se paga 37,5 y se aclara a los clientes que incluso los precios volvieron a los que se cobraban antes de Navidad.Otro corte para la parrilla, muy requerido, es el vacío. En los super céntricos arañan los 80 pesos, mientras que en la citada cooperativa vale 62 y en un conocido local del rubro, ubicado sobre la avenida Rademacher, cuesta 50 pesos.“Sube la carne, porque falta. Los feetlots están trabajando al 30%”, sostuvo en declaraciones radiales el presidente de la Sociedad Rural de Virasoro, Héctor “Chacho” Azcué.“¿Qué debería hacer el Gobierno para que haya más ganado y se abaraten los valores internos? Estimular las exportaciones. 50 kilos que se exportan de una vaca subsidian los 250 kilos que se pueden abaratar para el mercado interno”, añadió.Según el dirigente, “para el productor, al momento de la cría las subas se reflejan en insumos agropecuarios y alimentos”.La Sociedad Rural Argentina también apunta al Gobierno nacional a la hora de encarar el problema de los precios, puntualmente de Buenos Aires, que dependen del movimiento del Mercado de Liniers (no es el caso de Misiones). En este sentido, alertó sobre “intervenciones al normal funcionamiento del Mercado”, al que consideró “referencia indiscutida en materia de precios”.La entidad señaló, además, la “necesidad de contar con una plaza concentradora de hacienda y formadora de valores en la mayor transparencia”, ante las conversaciones del secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, con operadores del Mercado para que no suba el precio de la hacienda.“Las políticas oficiales de control de precios, de intervención a los mercados y de límite a exportaciones, fueron los ingredientes del cóctel explosivo que afectó al negocio de la carne y que perjudicó tanto a consumidores como a productores que vieron aumentar los precios producto de la escasez de carne”, sostuvo la entidad en un comunicado. Volviendo a los costos, y teniendo en cuenta que los cortes para la parrilla se están volviendo un artículo de lujo (para las fiestas de fin de año hubo negocios posadeños en los que el kilo orilló los 100 pesos), la recorrida de este diario también abarcó los más populares. En los supermercados, la aguja supera los 50 pesos el kilo, al igual que la paleta. Otro panorama es el que muestra la carnicería del Mercado Central, donde se paga 25 pesos por ambos cortes.En la cooperativa con sede central en Alem y que atiende en el microcentro posadeño, la aguja vale 28 pesos y la paleta 33.Esos cortes, el Mercado Concentrador cobra 27 y 30 pesos, respectivamente. Y el anteriormente citado comercio de la avenida Rademacher, 24 y 25,50 pesos.¿Y cómo andan los costos del pollo y el cerdo?El muslo oscila entre los 17 y los 30,50 pesos el kilo. El entero, en tanto, varía entre los 17 y los 50 pesos.En cuanto al cerdo, el chorizo más barato se consigue a 19 pesos y el más caro a 65. El cuarto, varía entre 30 y 33 pesos y la costilla, entre 33 y 42.Aparte de argumentar la variación de precios con la diferencia de “calidad” de los productos (por su procedencia y tipo de animal faenado), en las carnicerías replican una explicación de los proveedores: la suba en los costos de cría y del traslado.El panorama no varía mucho si uno se aleja todavía más de la zona urbana. Por la ruta 12, saliendo de Posadas, por ejemplo, los cortes de asado superan tranquilamente los 60 pesos (llegan hasta 80). Y los más populares, como la aguja y la paleta, valen entre 33 y 35 pesos el kilo. Hasta la molida, otrora económica, se coloca entre los 40 y 50 pesos.Comer carne se vuelve económicamente complicado por estos días. Eso sí, valga la aclaración, puede ser que luego de leer esta nota, el consumidor se encuentre en la góndola con alguna variación de precio. Probablemente, la modificación sea hacia arriba.





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