PUERTO IGUAZÚ. La violenta y eterna disputa por las tierras en Puerto Iguazú se cobró otra vida. Eso es, al menos, lo que creen los investigadores de la Policía de Misiones, que consideran al homicidio de Porfirio Martínez (65) como el segundo crimen vinculado a motivos de ese tipo en lo que va del año.Los uniformados detuvieron ayer a una mujer de 38 años y a su hijo menor, de 16, junto a dos jóvenes, ambos de 18. Todos habrían formado parte de la “patota” que agredió a golpes de pala y machetazos a la víctima el último sábado en su propia casa, ante su hijo y su nuera.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, mediante los arrestos, los investigadores pudieron confirmar sus sospechas: al sexagenario lo ultimaron debido a un conflicto de vieja data por un terreno emplazado en la zona. Junto al de Medeiros (ver “Medeiros, Guardiola y un pasado…”) es el de Martínez el segundo homicidio del año vinculado a conflictos territoriales en una conmovida Puerto Iguazú.Martínez fue sorprendido alrededor de las 21 del último sábado en su vivienda de calle Estanislao del Campo, en momentos en que excavaba un pozo de agua junto a su hijo, de 18 años, y su nuera, de 32.Fueron entre 10 y 15 las personas que agredieron al hombre a punta de pala, machete y palazos. Pese a que intentó defenderse con un cuchillo, sufrió graves lesiones que horas después le provocaron la muerte.Lo que en principio parecía un conflicto vecinal terminó transformándose en una nueva disputa territorial, de las tantas que aquejan a Puerto Iguazú, una ciudad horrorizada por este tipo de hechos.El último domingo la Policía arrestó a dos jóvenes de 18 años vinculados al hecho. Sin embargo, la investigación de la Unidad Regional V no se detuvo y ayer fueron aprehendidos un adolescente de 16 y su madre de 38, identificada con el nombre de Rosa.Testigos le contaron a la Policía que fue la mujer quien comandaba el violento grupo, que habría llegado al predio de Martínez a increparle por una vieja disputa ligada a un terreno que habría ocupado junto a su familia. Claro que la sospechosa y sus cómplices no fueron solamente a dialogar: cuchillos, puñales y machetes junto a prendas de vestir manchadas con sangre fueron secuestrados en su vivienda.La Policía cree que los cuatro detenidos forman parte de una patota “de peso” que podría asemejarse a una “mafia de las tierras”. Fiel reflejo de esas sospechas son los elementos secuestrados a la mujer cuando fue detenida, quien llevaba entre sus prendas una sevillana y una “manopla” de hierro. Nada más y nada menos.Los mayores quedaron a disposición del magistrado Juan Pablo Fernández Rissi, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Iguazú. El menor, en tanto, está en manos de la Justicia Correccional.Más allá de las detenciones, los investigadores continuaban anoche detrás de una serie de pistas que permitan la aprehensión de los otros involucrados en la salvaje muerte de Martínez. El trabajo no resultaba fácil, puesto que en el barrio nadie se atreve a declarar en contra de la “patota”: los vecinos tienen miedo de que esa testimonial sea lo último que hagan en vida. Medeiros, Guardiola y undrama marcado con sangreEl primero es reciente. Demasiado. Tanto que hoy, cuando se conoce el trasfondo del asesinato de Porfirio Martínez, se cumple apenas un mes. Es el de Leandro Medeiros (19), el joven ultimado de un disparo en la nuca en medio de una “guerra” de intrusos en las Dos Mil Hectáreas de Puerto Iguazú.El crimen fue perpetrado alrededor de la 1 del domingo 12 de enero de 2014 a unos ocho kilómetros del centro de la ciudad, una zona conflictiva desde hace décadas a raíz de las disputas por la posesión y tenencia de tierras fiscales.Por el episodio permanecen detenidos el “poseedor” de una porción de tierras y uno de sus vecinos. El hombre al parecer había sufrido la intrusión de un grupo de ilegales, por lo que decidió acordar con ellos y les cedió algunas hectáreas.Sin embargo, la noticia trascendió y horas después arribó a escena otro grupo de intrusos que intentó expulsar al primero a fuerza de machetes y palos.Fue entonces que en el lugar se presentaron el “poseedor”, el vecino y una quincena de personas, lo que provocó un enfrentamiento que acabó con la vida de Medeiros.Aunque reciente, esa no fue la primera vez que se registró un homicidio vinculado a la disputa por tierras. El más recordado quizás sea el de Rolando Guardiola, en su momento presidente de la Asociación Civil de Trabajadores Rurales de Iguazú (Actri), ultimado a puntazos en la mañana del 27 de octubre de 2004 en un camino terrado de las Dos Mil Hectáreas.El polémico dirigente defendía el movimiento de los “sin tierra” y días antes habían recibido amenazas de muerte.





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