POSADAS. Las ventas de útiles escolares atraviesan una temporada atípica. A diferencia de años anteriores, cuando la mayoría de los padres dejaba estos menesteres para el último momento, en esta oportunidad los rumores de una economía incierta hicieron que muchas familias se adelantaran a los hechos y compraran en diciembre buena parte de los artículos que sus hijos utilizarán durante el ciclo lectivo que se iniciará en marzo.Muchos padres precavidos acudieron a Librería y Papelería Bocho’s para aprovechar la promoción del 30% de descuento que se había planificado entre el 23 de diciembre y el 6 de enero. Gustavo Rivero, vendedor de la firma, indicó que a pesar de la enorme cantidad de ventas realizadas durante el último mes de 2013, también “desde los primeros días de enero tenemos mucha afluencia de público que se está anticipando a las largas colas que suelen producirse en los últimos días de febrero donde, por lo general, tenemos que cerrar las puertas para poder brindar una mejor atención y ofrecer una mayor comodidad”.Confió que percibe que los clientes “tienen incertidumbre respecto a los precios” y que es ese “uno de los motivos por el que la gente se está anticipando este año. Hubo subas de entre el 5 y el 15% respecto a la temporada del año pasado, como en todas las cosas, pero gracias a Dios no somos un rubro tan afectado por el hecho de que la mayoría de los productos son de origen nacional”. Rivero explicó que durante enero los compradores se acercaron al comercio con las listas escolares de sala de 4 y 5 y del nivel primario, que “suelen ser los últimos en aparecer”. Refirió que del nivel inicial y primario “vendimos bastante, incluso más que el año pasado. Muchos, cuando apenas recibieron las listas, ya se acercaron y compraron para deslindarse de esa responsabilidad y salir de vacaciones tranquilos”.Trabajo responsableNorma Blanco, propietaria de la Librería 6 de Junio, admitió que “estamos tranquilos con los precios que tenemos para la venta al público. Si bien es cierto que compramos mucha mercadería antes de finalizar 2013, eso nos ayudó para que equilibráramos un poco los aumentos. El surtido está completo”. Indicó que, a pesar de que los previsores “son los menos”, en diciembre muchos ya hicieron las compras correspondientes y otros adquirieron lo mínimo indispensable. Hay quienes, sin embargo, “no quisieron volver a pensar en librería cuando apenas terminaron las clases” y dejaron estas cuestiones para “más adelante”.De todos modos, en su negocio “en enero se notó un poco la baja de la afluencia respecto al mes anterior, más que nada después de la devaluación. Hubo una serie de consultas, existen dudas, el cliente tiene sus temores. Nosotros instruimos a nuestros empleados y tenemos la tranquilidad de que estamos haciendo las cosas con mucho cuidado, cautela, cuidando al cliente, preparando listas, haciendo presupuestos”.Según Blanco, desde su comercio recomiendan a los clientes que comparen precios, “que no se desesperen, pero que compren a las especialistas en el tema, que son las librerías, porque sabemos de las necesidades de las maestras y qué es lo que quieren. Conocemos de punta a punta una lista escolar. No es lo mismo que compren en otro negocio que no sea específicamente una librería”.El propósito es “hacer rendir el dinero y que la maestra reciba realmente lo que está pidiendo en la lista. El librero está para asesorar en cuanto a marcas alternativas. Sabemos que cuando las maestras indican una marca determinada, piden calidad. Piden que los niños lleven herramientas buenas para que desarrollen bien su tarea y ellas puedan hacer bien su trabajo”.Insistió con que el asesoramiento “es muy importante, más aún en esta situación, con tanta incertidumbre”. Aseguró que el “rol del librero es muy importante” y llamó a los colegas a “hacer un trabajo responsable. Somos una pata de la educación y tenemos mucho que ver con lo que se usa en el aula”.Desde hace 25 años en el rubro, Blanco comentó que “nos duele cuando los padres se quejan porque tienen que comprar los útiles”, pero sugirió que “esa queja se logre transformar en un compromiso con la educación. Porque si hay algo que notamos en estos tiempos es la necesidad de educación”. Admitió que el suyo es un rubro “que tiene sus bemoles” pero “nos gusta. Nos gustaría que todos quisieran estudiar y que nos falte mercadería por esa causa”.Desde la librería Tras los Pasos, la encargada del local, Claudia Felicio, admitió que este año se registraron “mejores ventas que en enero del año pasado” y que “tenemos diferentes precios, con productos destinados a un público variado. Esa es una ventaja”.Confió que empezaron a llegar los textos escolares de las diversas editoriales con las que trabajan. “Para la semana que viene vamos a tener todos los libros de editoriales como Kapelusz, Santillana y Pearson”, comentó, al tiempo que agregó que durante enero se vendieron best sellers, novelas históricas, libros juveniles e infantiles, de política, ensayos y literatura en general, entre otros.Adelina Hahn, encargada de la librería San José, manifestó que “venimos haciendo stock desde el año pasado. En septiembre y octubre ya se empieza a comprar” pensando en el próximo ciclo lectivo. “Ni bien terminaron las clases muchos ya empezaron a comprar. Vinieron en diciembre a hacer sus listas, otros prefirieron enero y ahora hay bastante movimiento”, señaló.A su entender, la gente fue más previsora que en otros años y quienes compraron en diciembre salieron beneficiados debido al cambio de precios.“Los papás vienen con sus listas. Algunos piden presupuesto, van eligiendo y otros directamente compran”, dijo Hahn, y recordó que en la librería San José también comercializan muchos textos escolares, tanto para la primaria como para la secundaria -que algunas editoriales todavía no enviaron-, además de textos de inglés, de religión, libros generales, de espiritualidad, catequesis y biblias.50 años de experienciaAlejandro Marcos Derna, apoderado de la Librería Derna, explicó que la temporada “arrancó” durante el último mes de 2013 porque “la gente se anticipó bastante”. De todos modos, los clientes habituales, “los que nos siguen, arrancan en diciembre y nos dejan las listas para que les preparemos. La actividad se retom&oac
ute; con énfasis a mediados de enero y en este momento están comprando mucho”, agregó.A su entender, la situación económica complicó a todos por igual pero “cada uno trata de atravesarla como puede. Al hacer la compra grande en octubre o noviembre, tratamos de congelar los precios, y hasta ahora no hubo mayores modificaciones porque tratamos de no hacer ajustes hasta después de la temporada”. Recordó que Librería Derna se destaca en la venta de artículos de librería, carpetería y libros de textos y trabaja con todas las listas y todas las marcas. “Este año tratamos de concentrarnos en tres marcas diferentes: una económica, una media y una premium, y no tener tanta variedad de precios. La gente responde muy bien. Y la clave para mí es que compren con tranquilidad, con el asesoramiento del grupo de vendedores que tenemos en el comercio”.La librería fue fundada por Emilio Marcial Derna, abuelo de Alejandro, hace 50 años y en sus inicios funcionó por la calle Colón bajo la denominación de Andresito. Al convertirse en sociedad anónima se transformó en organización Derna. “Para mí es un placer seguir los pasos de mi abuelo y, además me encanta el rubro. Dentro del negocio, vamos testeando lo que es el mercado como la informática y vamos acompañando la situación tal como nos va pidiendo el mercado”, aseguró.





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