POSADAS (Por Esteban Abad). Es imposible no comenzar este comentario sin rescatar un párrafo firmado por el periodista Santiago Giordano para la publicación VOS, del diario cordobés La Voz el domingo de la última luna coscoína. ¿Cómo será el recuerdo?“¿Cómo se recordará esta edición del Festival de Folklore de Cosquín que termina esta noche? Posiblemente como el de las noches largas, con más de 30 artistas en la grilla; o como el que programó en horarios centrales a artistas que llegaban con más recomendaciones que condiciones musicales; o el festival que expulsó a Juan Falú y a Liliana Herrero del escenario sin dejarles terminar su actuación; o el que confinó en los márgenes de la programación a artistas que representan lo más importante de la actualidad de la música argentina, muchos de ellos, incluso, ya consagrados por el mismo festival, como Peteco Carabajal, Arbolito, el armonicista Franco Luciani, la cantante riojana Bruja Salguero y los formidables hermanos misioneros Juan y Marcos Núñez, entre otros”.La mención final es importante por ser nuestros músicos (que tocaron a ¡las 6 de la mañana!), pero no lo es menos cada una de las propuestas que Giordano hace en el preámbulo de su nota. Cosquín desde la platea y desde la tv del livingMuchas veces presencié Cosquín desde la platea. Antes que fuera en la Próspero Molinas, luego cuando se lo trasladó el actual emplazamiento y con la conducción de Marbiz (luego Maharbiz), y muchas veces sin él. No es lo mismo verlo en una película (en esos tiempos), o por la TV (como ahora), o estar frente al escenario mayor del folklore argentino. La sensación es distinta, increíble. La conjunción del grito, las campanas , el himno de Osvaldo Belloso y Zulema Alcayaga y los fuegos artificiales son como un brebaje mágico, un tónico que levanta la presión y ahoga, aprieta la garganta y uno hasta es capaz de derramar alguna lágrima de emoción.La gente alrededor con carteles – antes estaban prohibidos, ahora los promocionan -, las luces, y ese humo incesante de choripán y asaditos, de empanadas fritas y de puestos de McDonald’s con hamburguesas y panchos, conforman ese monstruo del que el insigne poeta y periodista salteño César Perdiguero dijera entonces que era “el congreso convocante del folklore musical y poético de la toda la Argentina”. ¡Aquí Cosquín!, emblemático¡Qué lindo era…! entonces pero ahora el gordito con el poncho al hombro (?) , entra flanqueado por dos bailarinas del Camin Ballet y en el centro del escenario grita “Aquí Cosquín, capital nacional del folklore”, como Julio. Pero no es lo mismo. Son palabras que no suenan igual en cualquiera. Luego la “animadora cuya principal virtud es calificar de “emblemático” a todo en el festival , desde el músico, el tema, el público y hasta la lluvia del domingo final, todo, mereció ese calificativo.Así comienza (para la televisión), aunque desde la puesta del sol ya hay gente en la platea, artistas en el escenario, la apertura es a las 22.30. Este año se notó una total desconsideración para con el público ya que la grilla era demasiado nutrida y los números centrales pasaban a ser “de cierre” allá por las 4 o las 5 o a las 6 (como pasó con los Núñez), del día siguiente. O con Peteco Carabajal que cantó dos temas a las 4 y se fue, en tanto el alicaído Víctor Heredia en la misma luna se mandó un recital de media hora; ejemplos iguales hay a montones. Teresa, un lujo…Un 10 para Teresa Parodi, que evocó sus éxitos de “allá ité” y los actuales e invitó por ejemplo a Tonolec (¡muy buenos!), al chico de la armónica Franco Luciani (excelente) y a Lito Vitale (sin aditamentos ¿para qué?, un lujo de la Parodi). La correntina ex docente de Eldorado y Garupá comprendió que esa es o debe ser la esencia de Cosquín, la creatividad y la convocatoria.El año pasado Los Manseros Santiagueños – legendario conjunto creado por Onofre Paz-, se vieron poco menos que echados del escenario, esta vez los retribuyeron con plaquetas, ponchos y las palabras de la conductora que los calificó de “emblemáticos”. Un acto fallidoMas lo peor fue la notoria poca gana de los organizadores de rendir un más que justo homenaje a uno de los más grandes de la música argentina. Eduardo Falú, el guitarrista argentino por antonomasia, el que vistió de esmoquin a la música nativa, parece ser que sólo merecía el pálido “homenaje” ofrecido por Juan Falú -sobrino de Eduardo-, Liliana Herrero, Lilian Saba, piano y Marcelo Chiodi, flauta, el miércoles que fueron “corridos” por expresar críticas hacia la organización por desplazar el testimonio al autor de La Cuartelera y Zamba de la Candelaria, al final de la noche cuando, sin dudas, debió ir al principio de la jornada. Sin prueba de sonido ni retornos para escuchar sus propias voces.“Caosquín” y “Kiosquín”Preferir los recomendados a los con trayectoria y cobrar honorarios por actuar en tal o cual horario a delegaciones provinciales y artistas ya no es novedad y hasta circula una lista de precios. Se estima que una actuación en horario televisivo, con tres interpretaciones cuesta la módica suma de cien mil (100.000 pesos).“No hay dudas que la reciente edición del Festival de Cosquín 2014 no será una más y será recordada por sus polémicas y su pobreza artística, por lo menos en lo que pasó por el escenario Atahualpa Yupanqui. Es que las voces de los protagonistas principales del evento, es decir los músicos y el público, hicieron oír su descontento como hace un tiempo largo no sucedía”, dice el diario La Voz (Córdoba). Por ello hay quienes rebautizaron al festival como Caosquín (por las desorganizaciones) o Kiosquín (por vender espacios).Pero Cosquín no es sólo el espectáculoDe todos modos el Festival Nacional del Folklore de Cosquín no es sólo la plaza Próspero Molina y el escenario Atahualpa Yupanqui. Está la feria artesanal; el Congreso del Hombre, las disertaciones científicas sobre folklore, antropología, congresos de danzas o música o poesía, exposiciones, músicos callejeros, certámenes, peñas, en suma, un pueblo de fiesta ya que toda la ciudad
es el festival. Y la lluvia cayóNo. No nos olvidamos ni de la lluvia del domingo ni de Marcelo Simón, que sí es un emblemático del conocimiento del folklore argentino, director de Radio Nacional; autor de libros, poeta, músico y de apellido tradicionalmente folklórico es lo mejor del cuarteto de “animadores” pero está como en segundo plano. Un desperdicio que suma otra desprolijidad de la Comisión que la lluvia del domingo no pudo ni podrá borrar.Una lluvia que mostró lo consecuente que es el público que asiste a las “lunas coscoínas”, con los clásicos pilotos descartables de polietileno, con ponchos o con el cartel que nombra el lugar de donde vienen, los espectadores se bancaron todo para ver a sus ídolos del canto, la música y la danza.





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