MENDOZA (Infobae). La trilogía llegó a su fin en esta ciudad. El Malvinas Argentinas recibió a una multitud para ver el último superclásico del verano. Como sucedió en Córdoba, la alegría fue otra vez para River. Ganó 2 a 1.Fue un duelo intenso, que mostró a un Millonario mejor estructurado y a su eterno rival con más empuje que ideas.Boca tenía la obligación de quedarse con el último choque protagonizado por los dos equipos más grandes de la Argentina.La oportunidad de Juan Sánchez Miño a los cuatro minutos de iniciado el encuentro fue un aviso del “Xeneize”, dado que el peligro fue desactivado por Marcelo Barovero. La tensión que recorría el estadio le deba más apetito al conjunto boquense.Sin embargo, los de Ramón Díaz aprovecharon la pelota parada para imponer el primer grito de la noche. A través de un cabezazo de Gabriel Mercado, River marcó el 1 a 0. La apresurada salida de Agustín Orion terminó favoreciendo al ex defensor de Racing y Estudiantes. Con la mínima diferencia, los de Núñez estuvieron a punto de estirar la ventaja mediante un remate de Fernando Cavenaghi que se estrelló en el travesaño. El desconcierto del rival favorecía al combinado de la “banda”.De todos modos, con más amor propio que buen juego, Boca fue arrinconando a su adversario. El sector más débil parecía ser el de Eder Balanta, aunque el empate llegó con un remate de larga distancia del “Cata” Díaz. El grosero error de Barovero en el cálculo del disparo fue esencial para que se establezca el 1 a 1. Otra mala decisión de “Trapito” a la salida de un córner pudo generar el segundo tanto “xeneize”. Lo salvó Vangioni despejando de la línea.En el complemento el café de Colombia despertó a los comandados por el riojano, para volver a ponerse en ventaja. Una asistencia de Carlos Carbonero y una definición de Teófilo Gutiérrez dejaron a un desconsolado Orion buscando la pelota en el fondo de la red. Boca buscó la igualdad y nunca encontró el camino. Bianchi terminó preocupado.





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